Que la economía estadounidense está en crisis es algo que solo pueden discutir los más ciegos partidarios del actual presidente del país, el demócrata Joe Biden. Es cierto que el desempleo se ha reducido al 3,5%, de modo que el mercado de trabajo se está comportando bien, pero todos los demás indicadores macroeconómicos de referencia muestran una tendencia preocupante.
Fijémonos, por ejemplo, en la inflación: el último dato disponible, correspondiente al mes de julio, la sitúa en el 8,5% interanual, lo que implica que las subidas de precios están situándose en los niveles más dañinos de las cuatro últimas décadas. Otra métrica de gran importancia es la evolución de la producción económica, una variable en la cual se registró un descenso del 1,6% entre enero y marzo y una caída del 0,9% entre abril y junio.
Al encadenar dos trimestres con el PIB en números rojos, Estados Unidos entró técnicamente en recesión. Partiendo de esta base, parece lógico que algunos gobiernos estatales controlados por el Partido Republicano estén aprovechando la descentralización para bajar impuestos y compensar, en la medida de lo posible, el mal desempeño de la economía nacional. El caso más visible es el de Florida, cuyo gobernador Ron DeSantis se ha convertido en uno de los referentes de la derecha estadounidense.
Las medidas de Ron DeSantis
Esta misma semana, DeSantis anunció que está a punto de presentar "la mayor rebaja de impuestos en la historia de Florida". Según ha filtrado a la prensa, se trataría de una serie de bajadas fiscales que relajarían los pocos tributos que sigue aplicando el territorio de la Costa Este. En este sentido, conviene recordar que en Florida no hay un recargo estatal en el Impuesto sobre la Renta, al contrario que en muchas otras demarcaciones del país norteamericano.
El pasado mes de mayo, DeSantis aprobó una serie de reducciones aplicables en los tributos indirectos que gravan la compra de ciertos bienes. El IVA estatal es del 6%, pero estas medidas dejaron el tipo de muchos artículos de primera necesidad en el 0%, en el marco de una "vacación fiscal" para los contribuyentes que supuso un ahorro de más de 1.200 millones de dólares. En la misma línea va un descuento en el impuesto de hidrocarburos, que entra en vigor al final del verano y resultará en una bonificación de 200 millones.
El crecimiento que propician estas rebajas fiscales acaba mejorando los ingresos, en vez de reduciéndolos. El pasado mes de junio, el cierre del año fiscal 2021-2022 se produjo con un superávit de 22.000 millones, de los cuales 18.000 millones se corresponderían con fondos federales extraordinarios. Por lo tanto, hay margen para bajar tributos en un máximo de 4.000 millones.
El gobernador Ron DeSantis es, hoy por hoy, la figura que más agrada a la derecha estadounidense, con permiso del polémico ex presidente Donald Trump. DeSantis se presenta a la reelección este otoño y todo apunta a una victoria holgada del candidato republicano, que evitó los confinamientos masivos durante la pandemia del coronavirus, ha impulsado fuertes rebajas fiscales en los últimos años y viene librando una guerra sin cuartel contra la agenda de la izquierda radical.