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La peor campaña de la aceituna de la última década pone en peligro la producción de aceite y miles de puestos de trabajo

Los agricultores vaticinan un descenso de la producción de hasta el 50% por la sequía y advierten del impacto en el empleo de sectores vulnerables.

Los agricultores vaticinan un descenso de la producción de hasta el 50% por la sequía y advierten del impacto en el empleo de sectores vulnerables.
Recogida de la oliva | Europa Press

Mientras la mayor parte de los ciudadanos cruzan los dedos para que el buen tiempo dure lo máximo posible, los agricultores miran al cielo con la esperanza de que las lluvias les salven de la que podría ser la peor campaña de recogida de la aceituna de la última década. Las principales organizaciones agrarias coinciden en apuntar que la sequía y las olas de calor asestarán un duro golpe al sector, provocando un descenso de la producción del aceite de oliva de hasta el 50% respecto a 2021.

Esta merma de la oferta no sólo provocará pérdidas millonarias, sino que, además, incidirá notablemente en los datos del paro, ya que hablamos de un sector que da trabajo a personal no cualificado que, de otra forma, es probable que en estos meses no sea capaz de encontrar otra fuente de ingresos.

Pérdidas millonarias

La campaña del año pasado se cerró con 1,4 millones de toneladas de aceite, una marca imposible de repetir, según los expertos. "En el mejor de los casos, llegaríamos al millón, pero es probable que perdamos hasta un 50% respecto al año pasado. Esperemos estar por encima de las 620.000 toneladas de 2012/2013, pero, si revisamos el resto de cifras de los últimos diez años, ésta será sin duda la peor cosecha", vaticina Cristóbal Cano, secretario general de UPA Andalucía".

Sólo en la provincia de Jaén, de cuyos campos sale la mayor parte del aceite español, Cooperativas Agro-alimentarias teme que el descenso ocasione más de 1.000 millones de euros en pérdidas. Sin embargo, los agricultores no serán los únicos que sufran las consecuencias.

Adiós a miles de puestos de trabajo

"Evidentemente esto genera una situación muy preocupante para el empleo, porque, además, ya no es sólo la reducción de la cosecha que prevemos, es que hay parcelas que, por la poca cantidad de aceituna que tienen, es probable que este año ni siquiera se recojan, porque no sale a cuenta contratar a personal", explica Cano.

El secretario general de UPA Andalucía pone así el acento en el impacto que esta campaña tendrá en el empleo, ya que nos encontramos ante un sector que da trabajo a miles de personas entre octubre y febrero: "Para que te hagas una idea, una campaña media en Andalucía genera en torno a 10 millones de jornales solo en recolección. En el resto de labores, estamos hablando de otros 9 o 10 millones, con lo cual, hay que pensar también en la repercusión tan importante que puede tener".

En este sentido, Cano hace hincapié, además, en el perfil de trabajadores a los que se suele contratar para esta campaña: personas no cualificadas que, por lo general, forman parte de los colectivos más vulnerables. "Son personas que, si no trabajan en la agricultura, tienen muy pocas posibilidades de encontrar empleo en cualquier otra actividad en estos meses. Por tanto, el efecto puede ser muy negativo".

¿Subirá el precio del aceite?

En cuanto al impacto que la menor producción de aceite pueda tener en los precios de venta al público, los agricultores prefieren ser cautos y, por el momento, no contemplan grandes subidas. "Estamos en un mercado en el que la ley de la oferta y la demanda no siempre se cumple de forma tan lógica", tranquilizan desde UPA.

"Es verdad que los precios no van a bajar, pero hace un rato he mirado las cotizaciones de Portugal, que suele ser el primer país del entorno mediterráneo en tener aceite, y los precios son de inicio de campaña, y por tanto hay que tomarlos con precaución, pero son precios en origen en torno a los cuatro euros, que es prácticamente como está el mercado español ahora mismo", apunta Primitivo Fernández, director general de ANIERAC (Asociación Nacional de Industriales Envasadores y Refinadores de Aceites Comestibles).

Su visión es, además, mucho más optimista que la de los agricultores: "La situación es preocupante y, si tuviéramos lluvias en este mes de septiembre y octubre, podríamos tener una cosecha mejor, pero con los datos que tenemos a día de hoy, nosotros estamos barajando una horquilla de 1.150.000 o 1.200.000 toneladas de aceite". Sus estimaciones parten de la premisa de que la campaña no será igual en todas las provincias: "Hay zonas que están muy tocadas, como Castilla-La Mancha o Jaén, pero en Córdoba, por ejemplo, los datos que manejamos nosotros no son tan malos".

Exportaciones garantizadas

Fernández llama la atención, además, sobre otro dato importante a tener en cuenta y es que, cuando comience la campaña, todavía quedará aceite sin vender de la cosecha anterior -"cerca de 500.000 toneladas", apunta- por lo que no cree que la escasez vaya a ser un problema.

Esto servirá, además, para tranquilizar a los mercados internacionales, ya que no hay que olvidar que España es, en estos momentos, el primer productor de aceite del mundo. "Somos líderes mundiales a mucha diferencia del segundo, con lo cual, no va a haber país que, ni mucho menos, nos haga sombra a pesar de tener una campaña con mal aspecto", asegura el secretario general de UPA Andalucía.

A tenor de sus palabras, todo parece indicar que las exportaciones no les preocupan en absoluto, ya que la escasez afecta también a otros países y España cuenta con una gran ventaja: "Quien marca el precio y quien marca la tendencia es el que más produce y no hay que olvidar que nosotros producimos prácticamente el 50% del aceite de oliva a nivel mundial".

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