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Sánchez prepara un listado de yacimientos mineros "estratégicos" para "reducir" su explotación

El Gobierno quiere "optimizar el consumo" de las materias primas estratégicas españolas.

El Gobierno quiere "optimizar el consumo" de las materias primas estratégicas españolas.
Campos de Matamulas, donde se han intentado explotar sin éxito tierras raras | Quantum Minería

España tiene uranio, telurio, gas natural y todo un largo listado de materias primas claves en la explotación energética. El Gobierno lo sabe. Desde el primer día ha dificultado o imposibilitado directamente su explotación. Pero, en medio de una grave crisis energética, al PSOE no le vale con ese bloqueo al aprovechamiento de la riqueza natural: ahora quiere ir a más y prepara un listado de "yacimientos de materias primas estratégicas". Y lo hace no para explotarlas. Todo lo contrario: para "reducir y optimizar su consumo".

El PSOE ya prepara un listado de animales intocables por estar afectados por el "cambio climático", como ha publicado Libertad Digital. La primera conclusión de ese listado será la restricción de la explotación tradicional del campo por el sector agropecuario y hasta de la pesca.

Y ahora va a más: quiere un listado de "yacimientos de materias primas estratégicas" para bloquear su explotación.

Según el partido de Pedro Sánchez, "la Unión Europea se enfrenta al desafío de alcanzar, cuanto antes, una transición ecológica, energética y digital de nuestra economía y, en este sentido, el acceso a los recursos que constituyen el primer eslabón de la cadena de valor de nuestra industria resulta imprescindible". El argumento debería servir para defender la extracción de esos materiales. Pero no. Todo lo contrario.

"Las materias primas minerales son una cuestión estratégica de seguridad europea, fundamentales para la industria de nuestro país y la de todo el espacio comunitario", señala el PSOE en un documento remitido al Congreso. "Este extrae en torno a 3.350 millones de toneladas anualmente, convirtiéndose en el tercer mayor productor de minerales industriales gracias a la gran dimensión de nuestras explotaciones mineras", añade. Es más, los socialistas destacan que "España es rica en materias primas críticas que son necesarias para la transformación en algunas cadenas de valor estratégicas como son el vehículo eléctrico conectado o la industria eólica. Contamos con más de 2.700 explotaciones que producen materias, generando empleo a cerca de 29.000 personas. Por ello, nuestro país es clave para alcanzar una transformación sostenible, justa y ordenada de Europa". Todo el argumentario parece destinado en defender una explotación masiva de esas materias primas.

Es más, el PSOE remarca el valor estratégico de estos materiales: "La crisis sanitaria derivada de la covid-19 y la reciente invasión de Ucrania por parte de la Federación de Rusia han tensionado las cadenas globales de suministro, lo que ha amenazado a nuestra independencia económica. Esto nos lleva a una profunda reflexión sobre nuestras capacidades industriales y a generar estrategias que permitan que el abastecimiento de determinadas materias primas minerales no dependa de terceros países".

Y en ese momento es cuando el documento de los socialistas desvela su verdadero interés: por lo visto, su peculiar punto de vista ecologista ultra les lleva a pensar que, ya que tenemos esas materias primas, según ellos, no es el momento de explotarlas y lograr una fuente de riqueza. No: es el momento de cuidarlas "reduciendo su consumo", no explotándolas.

"En septiembre de 2020, la Unión Europea presentó un Plan de acción sobre las materias primas fundamentales y elaboró un listado de treinta materias primas como críticas que no pueden obtenerse dentro del espacio comunitario. El objetivo es conseguir un suministro seguro y sostenible para aumentar la resiliencia de la UE y su autonomía estratégica", desliza el documento. Y, por su parte, "el Gobierno de España ha elaborado una hoja de ruta para la gestión sostenible de las materias primas minerales, con el objeto de "establecer las bases para la transformación del sector extractivo, en un contexto de economía circular, y garantizar el suministro de las materias primas minerales autóctonas en España de una manera más sostenible, eficiente, y que maximice los beneficios a lo largo de la cadena de valor". Traducido: no gastar demasiado, no vaya a ser que se acaben, según su versión.

Y, por si había alguna duda de sus objetivos, lo dejan totalmente claro. Porque piden oficialmente "impulsar el máximo aprovechamiento de materias primas minerales autóctonas dirigido a lograr una autonomía estratégica en la Unión Europea y España" a través, eso sí, "del desarrollo de un modelo sostenible, eficiente y ordenado en el ámbito de la minería, la extracción, procesamiento y reciclaje" con un objetivo principal: no sacar las máximas materias primas. Al revés: "Para su reutilización que logre maximizar los beneficios a lo largo de toda la cadena de valor y permita una transición verde y digital".

Porque lo importe es, según ellos, "una gestión sostenible de las materias primas minerales […] dando prioridad a las comarcas de aquellas regiones en transición y en las que haya tenido un peso importante la minería del carbón, para que en 2025 puedan estar operativos y permitan que el sector reduzca al mínimo sus efectos sobre el clima y el medioambiente".

Todo ordenado a conseguir "identificar la disponibilidad de yacimientos de materias primas estratégicas" para "reducir y optimizar su consumo". Y, por supuesto, cargado de burocracia: se han de establecer "estándares de sostenibilidad en los procesos de exploración, extracción y transformación".

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