"Es peligroso decir que el dinero está mejor en el bolsillo del contribuyente que en el Estado", decía recientemente el presidente del gobierno en el Senado. El falaz argumento de Pedro Sánchez es que cuanto más meta la mano en el bolsillo del sufrido contribuyente más fuerte será nuestro estado del bienestar y así los ciudadanos podrán disfrutar de sanidad y educación gratuitas.
Pedro Sánchez: "Es peligroso decir que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos"
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— RTVE Noticias (@rtvenoticias) October 18, 2022
Con este argumento, se fortalece al departamento recaudatorio del Estado con la más moderna tecnología y recursos casi ilimitados, tanto legales como de capital. Así, la Agencia Tributaria puede litigar sin límite y agotar los procesos contenciosos contra cualquier contribuyente sin que suponga ningún tipo de problema ni para la institución ni para los inspectores. Además, ya en su proceder y pese a que la Justicia ha fallado en contrario sentando jurisprudencia, la Agencia Tributaria actúa bajo la presunción de culpabilidad de cualquier contribuyente, acosando y espiando, sí, espiando, sin límites, con drones, usando las redes sociales e inteligencia artificial.
Esta actividad refuerza a Hacienda como el organismo represor del Estado por excelencia, sin embargo no para todos esto es necesariamente malo. Medios de comunicación como El País han comprado el discurso de Sánchez. Pero va más allá. Para la cabecera del grupo Prisa, sólo poner en duda esta actividad de Hacienda merece escarnio público. Un somero repaso a algunos de sus editoriales es suficiente para comprobarlo:
Editorial: Para qué sirven los impuestos
"No hay nada peor que colocar en una subasta electoralista los tributos que garantizan el Estado de Bienestar".
¿Puede permitirse España bajar los impuestos?
"Todos los partidos anuncian rebajas fiscales cuando se aproximan los comicios. La reforma para modernizar todo el sistema tributario sigue pendiente".
"Sorprende la frivolidad con la que, con lasa debidas excepciones, se está abordando el debate tributario en España".
"Se intenta imponer un discurso que deslegitima la política tributaria. A ello han contribuido las derechas presentando las bajadas fiscales como propuesta estrella. Pero también la izquierda tiene responsabilidad en esta deslegitimación."
Así, de esta manera, la cabecera de Prisa, el diario El País, el que comanda Joseph Oughourlian, alecciona a sus lectores con la moralina clásica de la izquierda: el dinero no debe ser de la gente, sino del Estado, y éste quien decida cómo distribuirlo entre la población. Y todo aquel que ponga esta máxima en duda es un malvado conspirador contra el Estado de Bienestar.
Pero lo que ha podido comprobar Libre Mercado es que mientras Oughourlian ampara y potencia este mensaje en cabeceras como El País o La Ser, esquiva los impuestos como Keanu Reeves las balas en Matrix. Tanto es así, que según el depósito de cuentas de 2021, por unos beneficios en el ejercicio de 5 millones de libras, pagó en Reino Unido 4.700 libras y por beneficios en el exterior 30.905 libras.
Es decir, que aunque el impuesto de sociedades en el Reino Unido para 2021 era el 19%, Amber Capital pagó un 0,6% de impuestos. Analistas de empresas de la city consultados por Libre Mercado indican que las cuentas de Amber Capital publicadas por el gobierno británico reflejan cómo el 19% sobre los 5 millones de beneficios obtenidos no aplicarían por haber sido obtenidos fuera de UK. Así, los rendimientos pagados fuera serían esas 30.900 libras.
En definitiva, mientras Oughourlian sirve a los intereses mediáticos y financieros de Sánchez desde Prisa y Amber Capital; mientras alecciona a los españoles desde los púlpitos de La Ser y El País para que los contribuyentes seamos dóciles ante la feroz garra de Hacienda que vacía de manera inmisericorde el bolsillo del ciudadano, esquiva con soltura el pago de impuestos allá donde tiene su sede social, fuera de la UE, en Reino Unido.
Un fondo de capital riesgo como Amber Capital ha pagado menos impuestos en un año fiscal de lo que pagaría entre cotizaciones sociales e IRPF un contribuyente cuyo salario bruto anual se acerque a los 50.000 euros.