Que Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, no ha sido un hombre especialmente exitoso en sus negocios es lo más suave que su entorno traslada de él cuando es preguntado por su trayectoria como empresario. Es más, las primeras suspicacias sobre su salario, fijado en 2019 en 350.000 euros como presidente de la CEOE, llegaban acompañadas por comentarios sobre las empresas que capitaneó y que terminaron cerrando. Según contaban, tuvo funciones ejecutivas en Babcock & Wilcox hasta que tuvo que cerrar. También fue presidente del Grupo Negocios y también tuvo que cerrar.
Garamendi ha emprendido aventuras como Poliasomo SL, empresa creada en 2008, dedicada a los servicios financieros. Esta empresa, de la que Garamendi sigue figurando como Administrador Único, sufrió el cierre provisional de su hoja registral por parte del Registro Mercantil en noviembre de 2012.
El cierre de la hoja registral es una sanción que impide la inscripción de actos en el registro mercantil. Aunque es un error subsanable, durante el tiempo en el que la empresa tenga decretado el cierre de la hoja registral no está capacitada para hacer ninguna inscripción y durante ese tiempo la empresa será considerada una sociedad irregular.
¿Qué puede causar el cierre de la hoja registral? Generalmente cuando la compañía no presenta la liquidación y pago de sus impuestos durante los tres últimos ejercicios económicos. Si este es el caso, la Agencia Tributaria emite una baja provisional que envía al registro mercantil. Otro motivo de cierre es la falta de depósito de las cuentas anuales. Si después de transcurrido un año del fin del ejercicio, la empresa no presenta sus cuentas anuales en el registro, se procede al cierre de la hoja.
12 años de silecio administrativo
Aunque los informes a los que ha tenido acceso Libre Mercado no detallan el motivo por el que se decretó el cierre de su hoja registral en noviembre de 2012 y que se materializó en diciembre, sí se detalla cuáles fueron las cuentas anuales presentadas en el depósito del registro. En concreto se presentaron en 2009 (las correspondientes al año 2008, año de constitución) y en 2010 (correspondientes a las cuentas de 2009). Y desde entonces, nada. Dos años después se instó al cierre de la hoja registral y no tenemos noticias hasta hoy.
Es decir que, atendiendo a la documentación a la que ha tenido acceso LD Garamendi lleva sin presentar cuentas anuales desde 2010 cuando presentó las últimas, lo que significa que lleva 12 años de silencio administrativo.
Esta irregularidad puede entrañar la imposición de multas de hasta 300.000 euros, sin embargo se desconoce si la compañía de Garamendi ha tenido que hacer frente a alguna de estas sanciones.
Además, esta norma también obliga a las empresas que no tengan ningún tipo de actividad. Todas las sociedades, también las inactivas, están obligadas a presentar cuentas anuales, independientemente de su estado.
Además la Ley de Sociedades de Capital establece que el transcurso de un año sin actividad es una causa legal de disolución según el artículo 363. Pues bien, Garamendi sigue apareciendo en los registros como administrador único de Poliasomo SL. Y continúa sin presentar cuentas.