La estrategia del empresario Joseph Oughourlian en España va de mal en peor. Su aventura mediática en Prisa ya le ha obligado a poner un buen bocado de su bolsillo ya que, según las fuentes consultadas, Amber Capital no quiere seguir invirtiendo en una empresa en ruinas como Prisa.
Fuentes conocedoras de la estrategia de Amber en España cuentan que todo comenzó como una aventura empresarial que se prometía próspera, por esa creencia de algunos empresarios de que encamarse con el poder siempre ofrece pingües beneficios. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Amber Capital entró en Prisa en 2014. Su presidente Joseph Oughourlian forma parte de su consejo de administración desde 2015 y es presidente desde 2019.
En estos años, desde que Oughourlian entró en la compañía, Prisa ha pasado del entorno de los 4,2 euros por acción de 2014 hasta los poco más de 30 céntimos que hoy se pagan por la acción del grupo propietario de El País y la SER.
En 2014 Prisa debía 2.580 millones de euros después de cancelar ese año 780 millones con la venta de Canal+. Hoy la deuda de Prisa supera los 900 millones de euros.
Actualmente Prisa mantiene una deuda con entidades financieras y de crédito superior a los 950 millones de euros, presenta un beneficio por acción (BPA) negativo y tiene un patrimonio neto de -536 millones de euros.
Los números de la empresa que preside Oughourlian son los números de una empresa al borde del concurso de acreedores, y su gestión al frente de la empresa tampoco ha permitido remontar la situación.
Después de casi una década en Prisa (ocho años) Oughourlian comienza a estar cansado y Amber más. Fuentes consultadas señalan que desde Amber llevan tiempo "sospechando" que su presidente ha sido poco menos que el instrumento del Gobierno de Pedro Sánchez para mantener viva una compañía moribunda. Tanto es así que las últimas inyecciones de capital que ha necesitado Indra, confirman varias fuentes, han salido del bolsillo del propio Oughourlian.
¿La parte tecnológica de Indra vale 1.700 millones?
Ante esta situación, la voluntad del empresario de origen armenio sería la de abandonar un barco que se hunde, al menos en esta dirección presiona Amber Capital. En esta huída es donde se le habría planteado la opción de Indra, sin embargo, el mercado tampoco acompaña y, nos cuentan fuentes de toda solvencia, que se pone muy en duda la valoración que el propio Oughourlian habría planteado de "la parte tecnológica" de Indra y que supondría tanto como el valor de mercado actual de todo el grupo.
Así pues, es previsible que tampoco se ejecute esa venta de "la parte civil". "Además, ese dinero se queda en la compañía", nos cuentan fuentes conocedoras de la operación, es decir, que Oughourlian no podría disponer de los fondos para rescatar Prisa. Da la sensación de que han colocado al empresario en una situación de no retorno.