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Se cumplen 10 años de la norma madrileña que salvó al comercio de la otra epidemia

En 2012 Cataluña o Andalucía amenazaban a los empresarios con sanciones si osaban ampliar los horarios de sus tiendas o aplicar rebajas como Madrid.

En 2012 Cataluña o Andalucía amenazaban a los empresarios con sanciones si osaban ampliar los horarios de sus tiendas o aplicar rebajas como Madrid.
El consejero de Economía, Hacienda y Empleo, Javier Fernández-Lasquetty y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso | Europa Press

En el año 2012 una epidemia de intervencionismo salvaje azotaba a las autonomías españolas. El Gobierno del PP había aprobado una reforma de la legislación con el objetivo de liberalizar el sector del comercio, pero numerosas regiones comenzaron una rebelión en su contra.

Cataluña, Andalucía o Asturias no dudaron en amenazar a los empresarios con sanciones si osaban ampliar los horarios de sus tiendas o aplicar rebajas en periodos del año no oficiales, tal y como les permitía la nueva normativa estatal. La excusa de esta feroz oposición a que los comerciantes se ganasen la vida en sus negocios como consideraran oportuno se basó en el manido argumento de la protección al pequeño comercio frente a las malvadas grandes superficies. A día de hoy, la izquierda todavía sigue acudiendo a este mantra sistemáticamente.

Madrid tomó el camino contrario

A diferencia de las autonomías más liberticidas, la Comunidad de Madrid decidió tomar el camino contrario. La región que entonces presidía Esperanza Aguirre fue la primera en adherirse a la norma estatal a través de su Ley de Dinamización de la Actividad Comercial.

Así, desde hace una década, las tiendas madrileñas que lo deseen pueden estar abiertas las 24 horas del día y cada comerciante determina "con plena libertad y sin limitación legal alguna" los festivos de apertura en los que desarrolla su actividad. Mientras la izquierda cargaba contra ellos, la apertura de domingos y festivos tuvo muy buena acogida entre los empresarios y clientes de la región.

En plena expansión del comercio electrónico, donde se comercializan productos cualquier día y a cualquier hora, resultaba absurda tan férrea oposición. En noviembre de 2012, ya con Ignacio González en el gobierno autonómico, Madrid liberalizaba también las rebajas (no habría períodos de rebajas restringidos a enero y julio) y permitía a los comercios hacer descuentos durante todo el año.

Buenos resultados económicos

Está semana, la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha conmemorado el décimo aniversario de la entrada en vigor de una ley que ha cosechado muy buenos resultados económicos.

Según los datos que otorga la propia administración regional, en este tiempo, el empleo del sector del comercio ha crecido 13,4%, lo que supone 8 puntos por encima de la media nacional. También han aumentado las ventas un 20%, tres veces más de lo registrado en el conjunto de España.

Díaz Ayuso ha recordado que esta ley "nació bajo el profundo convencimiento de que la libertad es la clave para todos" y "en un clima de muchos miedos y críticas" por parte de los que "siempre suelen hacer lo mismo, que es tener miedo a la hora de afrontar la libertad y que suelen tener como querencia decirle a los demás cómo tienen que vivir y comportarse". Todo ello, además, a manos de personas que "no han creado empleos, los que, a veces, prefieren las calles apagadas, inactividad y todo cerrado".

Durante la pandemia del coronavirus, con el Ejecutivo de Sánchez y los barones autonómicos decretando estrictos cierres de negocios, la presidenta de la Comunidad de Madrid también fue pionera en apostar por facilitar la actividad de los empresarios.

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