El informe de la CNMV, con el visto bueno de su nuevo consejero y miembro del Comité Ejecutivo Mariano Bacigalupo (marido de la vicepresidenta tercera del Gobierno, a la sazón, Teresa Ribera), llama tanto la atención porque tiene que reconocer las evidencias infinitas de que SEPI, SAPA y Amber Capital se habían puesto de acuerdo para asaltar la compañía, pero, al mismo tiempo, librar al brazo del Gobierno en Indra, la SEPI, a lanzar una OPA por el 100% del capital.
¿Y cómo consigue soplar y sorber al mismo tiempo la CNMV? Pues por un lado reconoce "cooperación" entre los tres accionistas, pero se muestra vehemente a la hora de señalar que no existió "concertación", que es la figura que la Ley de OPAs contempla en su articulado para obligar a presentar una oferta pública de adquisición por el 100% de la empresa.
¿Qué subyace en esta resolución? Pues que efectivamente había una concertación previa entre SEPI, SAPA y el brazo de Prisa en Indra, Amber Capital, para tomar el control de la compañía eliminando a los consejeros independientes que se habían opuesto a los planes de estos tres accionistas. Y lo hicieron haciendo valer por separado los porcentajes accionariales de cada uno para ejecutar la expulsión de los independientes.
¿Por qué la CNMV dice no ver pruebas de concertación, sino todo lo contrario? Porque, dice la CNMV, que los consejeros independientes posteriormente nombrados por Indra tienen auténtica presunción de independencia y que, por lo tanto, no se habría producido una toma de control total por parte del Gobierno, Amber y la vasca SAPA.
¿Es cierto que no existen estas pruebas? El argumento de la CNMV podría ser válido si los propios implicados en el asalto a Indra no hubieran protagonizado polémicas como las que hemos conocido en las últimas semanas y meses. Una de las más evidentes es la asunción, por parte de Joseph Oughourlian, de la capacidad de decidir (con su 9,9% en Indra) el futuro de la compañía.
En septiembre, coincidiendo con la reciente entrada de Mariano Bacigalupo dentro del consejo de la CNMV, Joseph Oughourlian, en un desayuno informativo, se pronunció sobre Inda y señaló que "Fernando Abril Martorell, anterior presidente ejecutivo de Indra, le dio una vuelta a esa compañía de manera espectacular", para, a continuación, añadir: "Para mí es un modelo, me gustaría hacer lo mismo o una décima parte de lo que él hizo en esa compañía". Si no la preside, ni siquiera, controla a nivel accionarial, parece complicado que pueda convertirse en una versión mejorada de Martorell, sin embargo las bravuconadas de Oughourlian sobre Indra no terminan ahí.
A finales de noviembre, Oughourlian concedía una entrevista a Bloomberg en la que señalaba que "estamos presionando para dividir Indra en el negocio tecnológico (IT) y el negocio de Defensa". Según su argumento, de esta manera se podría doblar el valor de la capitalización de la compañía.
Solamente estas dos declaraciones públicas de Oughourlian, así como algunas informaciones periodísticas apuntan al ejercicio de poder dentro de Indra por parte de los tres actores concernientes en el asalto, Amber, el Gobierno y SAPA.
Sin embargo, para la CNMV, en este caso, sí hay "cooperación" pero no "concertación".