El Open de Australia es uno de los torneos más importantes del circuito tenístico, pero su emplazamiento en el calendario siempre ha estado cuestionado. Al fin y al cabo, el Grand Slam se celebra prácticamente al comienzo de la temporada, sin ningún torneo ATP 500 o Máster 1.000 que pueda abrir boca y permitir cierto rodaje a los competidores implicados.
Un intento de remedir la situación fue la creación de pequeños torneos repartidos por la geografía del país oceánico. De hecho, en los próximos días se van a celebrar algunos de estos cuadros en Adelaida y Pune en los que van a participar algunas de las mayores estrellas del circuito, caso de Novak Djokovic o Daniil Medvedev. Sin embargo, el interés que han tendido a generar estas competiciones de apertura ha sido mínimo y el negocio producido por los mismos no ha llegado a alcanzar las cotas que sí se ven en otros proyectos similares, como los que se han consolidado desde hace años en Londres, en las semanas previas a Wimbledon.
Otro intento de remediar el vacío fue la creación de la Copa ATP, un torneo que emuló el formato de la Copa Davis. Aunque la organización puso 10 millones de dólares encima de la mesa para repartir entre los tenistas participantes, las drásticas restricciones sanitarias ligadas a la pandemia del covid-19 hicieron que las ediciones de 2021 y 2022 se celebrasen en estadios semi-vacíos, dejando un mal sabor de boca entre profesionales y aficionados.
Este 2023, la ATP ha sumado fuerzas con la WTA para crear un nuevo modelo: la United Cup. Se trata de un torneo por equipos disputado por dieciocho equipos que librarán sus eliminatorias repartidos por tres ciudades del país: Brisbane, Perth y Sídney. La competición repartirá un total de 500 puntos y, en clave económica, reúne una dotación de 15 millones de dólares para repartir entre los participantes. De momento, la afluencia de público y los niveles de seguimiento en televisión y redes sociales parecen avalar la apuesta.
Uno de los alicientes de la United Cup era ver a Rafael Nadal haciendo equipo en dobles con Paula Badosa. Sin embargo, las derrotas que cosechó el combinado hispano ante la selección británica han hecho que dicho encuentro no llegue a celebrarse. La eliminación de la rojigualda no será óbice, eso sí, para que Nadal, Badosa y demás integrantes del equipo español se embolsen 200.000 euros por cabeza.
La ATP lleva tiempo insistiendo en la necesidad de crear nuevas líneas de negocio que apuntalen los ingresos del circuito. En 2023 veremos una ampliación de los torneos de Máster 1.000, caso del Mutua Madrid Open, que pasarán a tener doce días de duración. Otra de las novedades será la emisión de un mayor número de partidos en horarios de máxima audiencia o prime time, con ánimo de generar más ingresos publicitarios y lograr audiencias más abultadas. En este sentido, también se persigue más visibilidad mediática, como atestigua el hecho de que la United Cup se retransmita a través de la plataforma YouTube. Y, por otro lado, la alianza con la WTA se interpreta como un intento de promover combinaciones con más interés para el gran público, siguiendo el modelo de tenis-espectáculo que ha desarrollado Roger Federer con la creación de la Laver Cup.
El adiós de ‘Feli’
Hablando de tenis y deporte, el pasado 31 de diciembre de 2022 se anunció que la temporada 2023 será la última en activo de uno de los más importantes tenistas españoles de la historia: Feliciano López. Ganador de trece títulos ATP en competición individual o por equipo, y vencedor en cinco ocasiones de la Copa Davis, sus triunfos en las pistas le han reportado ganancias por valor de 18,6 millones de dólares, a lo que habría que sumar los ingresos obtenidos de sus patrocinadores. Feliciano seguirá al frente del Mutua Madrid Open.