"Espectaculares", "absolutamente espectacular", "impresionantes", "asombrosos", extraordinarios"... Así celebraba en bucle el secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, los datos de paro y afiliación de diciembre que los correspondientes ministerios publicaron la semana pasada.
A pesar de que el mercado laboral de nuestro país ha cerrado el año 2022 con algunas luces e importantes sombras, el ala económica del Gobierno se ha mostrado exultante con unas cifras oficiales que revelan que la caída del paro y la creación de empleo se han desacelerado en el último mes del año, aunque España haya registrado un nuevo récord de afiliación.
Además, si tenemos en cuenta el polémico maquillaje del Ministerio de Trabajo, el resultado es todavía más preocupante. Y es que, contando a los fijos discontinuos sin actividad, a los ERTE o a los demandantes de empleo con "disponibilidad limitada" o con "demanda de empleo específica" estamos ante un millón de personas que no trabajan y están ocultas en las estadísticas del ministerio de Yolanda Díaz.
El farolillo rojo del desempleo
Ayer lunes, fue Eurostat el que echó otro jarro de agua fría al optimismo exacerbado del Gobierno. La oficina estadística europea publicó los datos del paro de la eurozona relativos al mes de noviembre y España volvió a salir como el farolillo rojo del desempleo del Viejo Continente.
En concreto, mientras el paro de la eurozona se situó en noviembre en el mínimo histórico del 6,5%, nuestro país lideró la clasificación con una tasa de desempleo del 12,4%, el doble que la media de los países vecinos. Como se observa en la siguiente tabla, el paro en España cuadruplicó al de Alemania (3%), Polonia (3%) o Noruega (3,3%) y triplicó al de Irlanda (4,4%) o Eslovenia (4,2%).
Históricamente, Grecia ha sido el país que ha liderado la lista negra del desempleo europeo muy seguida de España, aunque en los últimos meses nuestro país ha desbancado al país heleno (que cerró noviembre en el también dramático 11,4%) empeorando todavía más su posición. Ambos son los únicos países con tasas de paro de dos dígitos (el tercer puesto del podium lo ostenta Italia en el 7,8%).
Por otro lado, España también ha liderado otra de las clasificaciones más preocupantes en materia laboral: la del desempleo juvenil. Según Eurostat, nuestro país alcanzó en noviembre una tasa de paro juvenil del 32,3%, la más alta entre los Veintisiete, por delante del 31,3% de Grecia y del 23% de Italia.
Hay que tener en cuenta que los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) son los que maneja Eurostat con ciertas correcciones y con los que homologa los datos con otros países europeos. El Gobierno ignora esta clasificación en sus discursos triunfalistas.