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La Agenda 2030 carga ahora contra el hormigón y el acero: quiere casitas de madera y hasta jerséis de celulosa

Si hace décadas abogaba por la limitación en la tala de los árboles, ahora defiende "una sólida industria de los biomateriales con sede en la UE".

Si hace décadas abogaba por la limitación en la tala de los árboles, ahora defiende "una sólida industria de los biomateriales con sede en la UE".
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Cordon Press

Un documento de la UE acaba de anticipar un nuevo golpe de Bruselas bajo la bandera de la Agenda 2030 y el ecologismo ultra. El documento se titula "Hacia una estrategia integral para la industria de la madera de la UE" y allí se señala que la construcción tiene que ir reduciendo el hormigón y el acero para dar paso, de nuevo, a la madera. Vuelta a las cabañas. Y, por si eso fuera poco, también le molesta a Europea el nylon: quiere jerséis de celulosa. Ha llegado el progreso.

El texto del documento suena más a retroceso que a progreso. Pero todo sea por el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030, parece defender la Unión Europea. El texto comunitario señala que la UE "tiene cerca de 182 millones de hectáreas de bosques que cubren el 43% de su superficie terrestre y estas zonas forestales son uno de los recursos renovables más importantes de Europa". La Comisión Europea añade que "los bosques de la UE son excepcionalmente diversos, con una gran variedad de tipos, características y estructuras de propiedad. Proporcionan múltiples beneficios para la sociedad y la economía, a la vez que son una fuente importante de biodiversidad". Y por eso, por lo visto, pasa a defender la tala de los árboles. Porque "al mismo tiempo, nuestros bosques son más que sumideros de carbono, son una fuente vital de materias primas para nuestras industrias de base biológica". La UE ofrece ejemplos: "Las industrias de pulpa y papel y otras industrias de base biológica son una parte crucial del tejido industrial moderno de Europa. Los materiales de base biológica desempeñan un papel integral en la ecologización de muchos de los 14 ecosistemas industriales incluidos en la Estrategia Industrial de la UE actualizada". Porque para la verde Europa, "una de las principales ventajas de los materiales de base biológica radica en su uso potencial para la sustitución de materiales de base de fósiles en varias industrias, incluyendo energía, construcción, embalaje o textiles".

La UE quiere, de este modo, lo contrario que hace tiempo. Si hace décadas abogaba por la limitación en la tala de los árboles, ahora defiende "una sólida industria de los biomateriales con sede en la UE" porque, explica, "también puede contribuir a lograr la resiliencia crítica de las materias primas y la autonomía estratégica de Europa". La propia industria "ha pedido un mejor reconocimiento de su potencial como facilitador de la sostenibilidad en las políticas clave de la UE, incluida la estrategia industrial de la UE, el Acuerdo Verde de la UE y la estrategia de productos químicos de la UE", detalla Bruselas.

Y es que la UE sostiene que, "además, capacitar y volver a capacitar a la fuerza laboral de Europa para poder trabajar en las cadenas de valor emergentes de base biológica, y garantizar la calidad de los puestos de trabajo es crucial para una transición socialmente justa y ecológica en Europa". Y "diversificar las cadenas de valor basadas en la biotecnología para hacer frente a los desafíos de la sostenibilidad ambiental requiere una política más holística en las industrias, según el Informe de Progreso de la Estrategia de Bioeconomía de la UE de 2022".

El objetivo de Bruselas no se oculta: "Desarrollar una visión para un enfoque más integral de la industria maderera de la UE y proporcionar una hoja de ruta para la acción futura". Y añade que "los actores industriales y sectoriales han planteado la preocupación de que para aliviar los problemas climáticos, en última instancia, es necesario reducir las emisiones fósiles, y la solución más efectiva para esto es reemplazar los productos y la energía de origen fósil con alternativas renovables, es decir, con productos forestales o agrícolas, la llamada sustitución".

El documento aborda en un determinado momento la enumeración de los materiales que pretende sustituir. Y muchos de ellos son la base de la construcción o del textil moderno: "Se trata, concretamente, de reemplazar cada vez más el hormigón y el acero, que consumen más energía, por materias primas de madera, el embalaje de plástico con envases de papel, los textiles a base de aceite como el poliéster con fibras textiles de celulosa y carbón y el aceite con bioenergía".

La propia Bruselas reconoce que "estas opciones de política implican compensaciones significativas y tendrán importantes implicaciones para los empleados en las industrias de productos de base biológica y forestales y las otras industrias afectadas en Europa".

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