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La sumisión de Sánchez a Marruecos fuerza a los españoles a comprar gas al triple de precio

Al mismo tiempo, Rusia se convierte en uno de los principales suministradores de gas a España, que financia así la guerra de Putin.

Al mismo tiempo, Rusia se convierte en uno de los principales suministradores de gas a España, que financia así la guerra de Putin.
Pedro Sánchez participa en un acto del PSOE, este viernes 24 de febrero. | EFE

El Gobierno de Pedro Sánchez no ha dejado de culpar a las energéticas del encarecimiento del recibo de la luz, del gas y hasta de los carburantes de los vehículos -gasolina y diésel-. También ha culpado a la invasión de Ucrania por parte de Rusia de la crisis energética. Pero lo cierto es que Sánchez nunca menciona un factor que indiscutiblemente se ha sumado de forma decisiva a la crisis para elevar los precios finales de la energía por culpa de una decisión estrictamente suya: la tensión generada con Argelia por la decisión del presidente de entregar el control del Sáhara a Marruecos.

La consecuencia es fácil de comprobar: hemos dejado de comprar cerca de 6.000 GWh de gas natural argelino cada mes que, por los acuerdos clásicos con España, sale a 42,99 euros, y lo hemos sustituido por gas procedente de Estados Unidos, Nigeria o incluso Rusia con un precio medio de 143,69 euros . Es decir, que nos hemos quedado sin buena parte del gas barato que comprábamos y lo hemos sustituido por un gas a más de tres veces el precio. Y eso, obviamente, se ha trasladado al precio.

Los sistemas estadísticos oficiales han dejado constancia de las graves consecuencias de la inexplicable -al menos por los factores admitidos oficialmente- política exterior y energética del Gobierno de Pedro Sánchez. España está pagando en estos momentos un precio medio del gas consumido cada mes de 143,69 euros/MWh. Pero no es el precio de todo el gas natural que entra en España, ni mucho menos. Los sistemas de control europeos identifican el precio de este combustible por su país de origen. Y un gas muy concreto, el procedente de Argelia que aún llega a España, es mucho más barato: tiene un coste de 42,99 euros/MWh.

Pero de ese gas concretamente, España ha dejado de recibir cerca de 6.000 GWh cada mes. Y el motivo no es otro que las malas relaciones generadas por Pedro Sánchez a causa de la entrega del control del Sáhara a Marruecos.

Argelia agravó su enfrentamiento con Marruecos ya en el año 2021. Como consecuencia de ello, decidió cerrar en octubre de ese año el gasoducto del Magreb que pasaba por Marruecos y llegaba hasta España. Era muy poco el gas que ese tubo dejaba en Marruecos y mucho el que traía a España. Sánchez pidió a Argelia que no lo cerrara por el perjuicio a España, pero Argelia no escuchó la petición. Meses más tarde se supo el motivo: Sánchez negociaba ya la entrega del control del Sáhara a Mohamed VI. Pese a ello, Argelia se comprometió a mantener el envío exportando más por un segundo gasoducto, el que entra en España por Almería. Para ello eran necesarias unas reformas que, una vez confirmada la cesión del control del Sáhara por España, quedaron sin realizar.

Sánchez volvió a insistir en la necesidad de la llegada de ese gas. Argelia exigió como condición que España no enviara gas desde la Península a Rabat y Sánchez ha decidido que sí lo envía: más de 500 GWh por mes.

Resultado: España se ha quedado sin una parte importante del gas argelino que llegaba cada mes. Y ese gas fue negociado históricamente bajo unos parámetros que fijaron un precio más bajo del mercado. Es decir, que hemos perdido el gas barato y lo hemos sustituido por gas caro.

Más tarde, Sánchez dijo que fijaría un precio más barato para el gas por decreto. Pero sólo lo hizo para el gas usado en la generación de electricidad y, además, cobrando a los propios consumidores la compensación en el mismo recibo de la luz. Traducido: lo comido por lo servido.

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Sánchez financia a Putin

Así, los últimos datos oficiales revelan que España ha pasado a adquirir otro gas para suplir esa carencia. Por ejemplo, el ruso, en plena invasión de Putin a Ucrania: España ha pasado de comprar 2.178 GWh en el mes de enero de 2022 –último dato mensual previo al ataque de Putin– a adquirir 6.372 GWh. Es decir, literalmente bajo mandato de Pedro Sánchez y en plena guerra, España ha triplicado la compra de la principal vía de financiación de la guerra de Putin.

Pedro Sánchez no ha dejado de permitir que España dispare la compra de gas a Rusia. El auge de estas transacciones ha llegado a tal punto que, por ejemplo durante el pasado mes de diciembre, Rusia se situó en el grupo de los tres máximos proveedores de gas natural de España y en práctica igualdad con Estados Unidos y Argelia.

Los datos del gestor técnico del gas en España tienen muy difícil explicación para Sánchez. Rusia se encuentra en estos momentos, y con los datos oficiales del mes de enero –los últimos previos al aniversario del inicio del ataque de Rusia a Ucrania–, como el cuarto mayor comercializador de gas en España. Ya no es el tercero, como ocurrió en diciembre: pero no lo es pese a haber vendido más a España que en el mes de diciembre. La explicación es tan sencilla como que el frío ha forzado a comprar más gas y ha entrado Nigeria como operador privilegiado. Así, España ha comprado a Argelia un total de 8.545 GWh en enero. A Estados Unidos, un total de 7.102 GWh. A Nigeria las compras han alcanzado los 6.932 GWh. Y a Rusia, 6.372 GWh. El siguiente país exportador queda muy lejos: Francia, con 1.265 GWh.

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