La seguridad jurídica es una reclamación histórica de los empresarios en España. No hay ponencia o charla empresarial que se precie en la que no salga a relucir está necesidad imperiosa a la hora de hacer negocios. Tener la certeza de que las reglas no cambian a mitad de partido, de que las empresas pueden funcionar sin que la Administración les ponga palos en la rueda y con una fiscalidad que no sea excesivamente extractiva es clave a la hora de elegir un territorio en el que operar.
Sin embargo, en España, el Gobierno de PSOE y Podemos cada vez se lo está poniendo más difícil a las compañías. El intervencionismo salvaje, la elevada fiscalidad, la enrevesada burocracia y la permanente incertidumbre es la tónica habitual en el día a día de las empresas de nuestro país. Y la fuga de Ferrovial a Países Bajos lo ha corroborado.
Como ha publicado Libre Mercado, la decisión de Ferrovial de marcharse a Países Bajos persigue blindar el proceso de internacionalización y crecimiento de la corporación a partir de un entorno de mayor seguridad jurídica (que no encuentran en España), más facilidades para obtener financiación y un clima fiscal más atractivo.
La profecía de Rafael del Pino
De hecho, desde la compañía de infraestructuras ya habían reclamado al Gobierno de Pedro Sánchez mejores condiciones para hacer negocios. La última vez fue hace dos meses, cuando el máximo responsable de la firma, Rafael del Pino, realizó una profética intervención en la que ponía encima de la mesa las deficiencias de nuestro país como destino inversor.
En enero de este año, Ferrovial patrocinó un encuentro del Foro ABC con el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, como principal invitado. Del Pino participaba en la ponencia con un discurso que precedía al del gallego. El máximo responsable de Ferrovial señalaba la "alta experiencia política" de Feijoo, al que conoce "desde hace 20 años porque fue consejero de obras públicas en Galicia en 2003" recordó. En la intervención de Feijoo, Del Pino esperaba escuchar "su receta para mejorar la situación tan complicada que nos está tocando vivir".
"Estamos en una situación internacional en la que el riesgo empresarial e inversor y el riesgo político en todo el mundo está en máximos de las ultimas décadas. Y España no es ajena a la inquietud que esta situación provoca en todos los inversores, lo que puede contribuir negativamente en la creación de empleo y el crecimiento económicos" planteó Del Pino. Por este motivo, "creemos que es necesario el respeto y el refuerzo de las instituciones del Estado. España ya lo ha hecho en situaciones más complejas que la actual por el camino de la cohesión y del consenso. Se obtuvo con ello situaciones de crecimiento, progreso y de creación de empleo extraordinarias" recordó.
"Hablando como empresario creo que debemos volver tenemos que convertir España en un destino atractivo para invertir y en un imán para el mejor talento a nivel mundial" señaló Del Pino reconociendo implícitamente que nuestro país había perdido ese atractivo. Para recuperarlo, "hace falta un marco laboral, mercantil y fiscal competitivo en el entorno internacional y también seguridad jurídica en todos los ámbitos", añadió el directivo. Nada ha cambiado desde entonces y Ferrovial se marcha ahora.
"No puedo dejar de mencionar que el sector de las infraestructuras es clave para el desarrollo económico y que no solo crea riqueza y empleo sino que es un agente modernizador" añadió Del Pino antes de dar paso a Feijoo, al que prometió "un buen plan inversor si gana las elecciones".
Lejos de hacer algún tipo de autocrítica, la marcha de Ferrovial ha incendiado al Gobierno. Desde que se conociera la decisión empresarial de la compañía de Rafael del Pino de mudar su sede social a Países Bajos, los ministros del Ejecutivo han salido en tromba a atacar a la empresa de infraestructuras.