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Los sindicatos jalean a Sánchez y Yolanda Díaz con el peor mercado laboral del mundo desarrollado

El mercado laboral español se consagra como el peor de la OCDE con una clase sindical bolivariana.

El mercado laboral español se consagra como el peor de la OCDE con una clase sindical bolivariana.
Políticos y sindicalistas de izquierdas | EFE

España tiene uno de los peores mercados laborales de los países desarrollados. Esto es una realidad si consideramos que un sistema sano es aquel que mantiene bajas tasas de desempleo, o que los empleos al margen del sistema (en negro) son residuales. España, en su historia reciente, desde que el INE tiene registros, mantiene tasas altísimas de paro. La tasa más baja que se recuerda fue en 2007 cuando apenas bajó unas décimas del 8%.

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Histórico de la Tasa de Paro de España según el INE

Estos datos no responden a una secular aversión al trabajo de los españoles, o a una nula capacidad para la disciplina. No. Tiene mucho que ver con un sistema muy rígido y costoso que dificulta no sólo el acceso a un puesto de trabajo, sino a que los negocios incipientes, aquellos que comienzan por un autónomo o una pequeña SL, puedan escalar y prosperar como para poder contratar a los empleados que necesita para crecer.

Si comparamos estos datos con nuestros comparables europeos, sólo Grecia cosecha unos datos de empleo casi tan malos como los españoles. En cambio países como Alemania mantienen unos datos de desempleo en el entorno del 5%, con máximos en el 12% en 2005. Tras picos como este, los peores datos se encuentran en el entorno del 7%. Es decir, que los peores datos en Alemania son mejores que nuestros mejores registros. Si no nos comparamos con nuestros homólogos europeos, sino con los países de la OCDE, las economías más desarrolladas del planeta, tampoco salimos bien parados.

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Comparativa Tasa de Paro de España respecto al resto de países de la OCDE | Europa Press

Sin embargo, tenemos que aguantar que el Gobierno de socialistas y comunistas acompañado por sus palmeros de UGT y CCOO presuman cada día de tener los mejores datos de empleo de la UE y de haber acabado con los problemas de nuestro sistema de trabajo de un plumazo con la reforma laboral. Una reforma que suma medio millón de parados más debajo de la alfombra. Así, entre el maquillaje que introdujo el ministro Caldera en época de Zapatero en las estadísticas del Ministerio de Empleo y los fijos discontinuos de Yolanda Díaz, son cerca de un millón el número de parados que salen de las estadísticas del ministerio.

Para el Gobierno y los sindicatos de izquierdas el objetivo no es que cada día más gente acceda al mercado de trabajo, sino maquillar, esconder, disimular el escandaloso agujero negro de trabajo que mantiene de manera secular nuestro país.

Con estos mimbres, los sindicatos UGT y CCOO se echaron a la calle este primero de mayo, no para pedir que se corrijan los desequilibrios de nuestro sistema laboral, no para que se eliminen trabas a la contratación, no para que se reduzcan de manera drástica los costes a la contratación en España. No. Lo hicieron para aplaudir al Gobierno, celebrar la reforma laboral de los parados fijos discontinuos, pedir subidas salariales, bajadas de precios y reparto de los beneficios empresariales.

¿Que España está sufriendo la mayor caída de salarios reales de nuestra historia? Eso a los sindicatos parece no importarles. Su solución sindical, sencilla: que las empresas suban el salario a los empleados. Lo que no quieren ver, sin embargo, es que las empresas españolas llevan soportando un encarecimiento de sus costes de producción por encima del 20% desde septiembre de 2021 hasta noviembre de 2022, alcanzando picos cercanos al 50% en marzo de 2022. Unos costes que han terminado repercutiendo en los precios de sus costes y servicios. Si a esto le sumamos el encarecimiento de los costes laborales, merced, por ejemplo, al salario mínimo, que se ha disparado desde 2018, podemos entender las dificultades que sufren las empresas españoles para poder contratar a nuevos empleados.

No es de extrañar que España se hunda en las estadística en renta per cápita. Hemos perdido cinco puntos en los últimos cinco años y vamos a la cola, en el puesto 14 de la tabla con 24.580 euros. Lejos de los 28.810 euros de la media de la UE o de los 31.640 de la media de la Eurozona. La brecha se amplía hasta un 15% con respecto a la media europea. Esa brecha era del 3% en 2003.

Los problemas de UGT y CCOO

Pero es que la situación es todavía más llamativa si tenemos en cuenta que UGT y CCOO se han echado a la calle manteniendo internamente un conflicto laboral con sus empleados. Éstos reclaman a UGT y CCOO que les apliquen la misma subida salarial que éstos exigen a la patronal, del 4,5%. Casi el doble de lo que se lo han subido los sindicatos (el 2,5%).

Normal que pierdan cada vez más apoyo y actualmente apenas representen a algo más del 10% de los trabajadores entre las dos centrales sindicales (Algo menos de 2 millones de afiliados entre los dos sindicatos).

Teniendo en cuenta todo lo anterior, que ahora la gran apuesta de la izquierda, política y sindical, valga la redundancia, sea la de aumentar los salarios y rebajar las horas de la jornada laboral, se antoja una barbaridad más bolivariana que de un país de la OCDE.

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