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Hacienda reclama el coche de un asturiano tras el cierre del concesionario en el que lo compró

Tras pagar 29.500 euros el cambio de titularidad no llegó a efectuarse y el vehículo se vio afectado por el embargo de la Administración.

Tras pagar 29.500 euros el cambio de titularidad no llegó a efectuarse y el vehículo se vio afectado por el embargo de la Administración.
Europa Press

Un vecino de Castrillón (Asturias) llamado Manuel Mesa está viviendo unos momentos completamente surrealistas ocasionados por un Citroën Space Tourer Rip Curl, coche de kilómetro cero que compró en enero de 2020 a un concesionario oficial que, de repente, cerró sus puertas. Y es que Mesa, tras pagar 29.500 euros mediante transferencia, no ha obtenido la documentación del vehículo y, por ello, este se ha visto afectado por un embargo de la Administración a la empresa, según cuenta La Voz de Galicia.

Justo antes del inicio de la pandemia, el asturiano adquirió el coche en Noyamóvil, un concesionario oficial de Citroën en Santiago de Compostela. El 1 de febrero de 2020 realizó el viaje con su mujer desde su pueblo, situado cerca de Avilés, a la capital de Galicia. Allí obtuvo el justificante de la gestoría en el que se indicaba que el cambio de titularidad estaba en tramitación.

El COVID-19 fue un duro golpe para dicha empresa. El concesionario cerró en marzo y no volvió a abrir nunca más provocando que clientes y trabajadores se quedaran completamente en la estacada. Así comenzó el calvario de Manuel Mesa, quien ignoraba completamente que en su autonomía vecina estaba sucediendo esto.

Por ello, el comprador estuvo esperando – tras pagar 29.500 euros— por la documentación pertinente, aquella que indicara, por fin, que los trámites habían finalizado y que él era el dueño del turismo. La tardanza no le supuso algo extraño dadas las circunstancias que se vivían en los primeros tiempos del confinamiento. No obstante, al pasar los meses y finalizar el estado de alarma la inquietud fue a más provocando que Mesa comenzara a movilizarse.

Tras llamar insistentemente al concesionario y al comercial responsable de la venta y no obtener respuesta, se pusieron en contacto, en julio, con Citroën España. En ese momento fue cuando el asturiano se enteró del cierre de Noyamóvil. La empresa se comprometió a solucionar el problema pero, en septiembre, cambiaron de parecer indicando que era imposible finalizar el proceso que se había iniciado a principios de año.

Por todo ello el 30 de ese mismo mes acudió a la Guardia Civil para denunciar por presunta estafa al concesionario. Las sorpresas siguieron apareciendo, y es que a raíz de eso se enteró del cierre y de que su coche seguía a nombre de Noyamóvil por lo que recurrió a un grupo de abogados. La situación cambió completamente, el vehículo tenía un embargo de la Tesorería General de la Seguridad Social y dos de Hacienda, además de existir una orden de inmovilización, por lo que habían estado utilizándolo con el riesgo de quedarse en medio de cualquier sitio en caso de ser interceptados por la policía.

Mesa ha declarado en La Voz de Galicia que "antes de que se lleven el coche, lo quemo". Y es que su lucha, que ya ocupa tres años de su vida, se ha convertido en una batalla contra la Administración al no reconocer esta, pese toda la documentación de la que dispone, que el verdadero dueño del Citröen es el asturiano.

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