La manga ancha de Bruselas con el déficit público está a punto de acabar. Una vez se aprueben las nuevas reglas de disciplina fiscal –tras congelarse la aplicación de las anteriores por motivo de la pandemia– las autoridades europeas volverán a mirar muy de cerca que los países miembros no rebasen el nivel máximo de déficit público del 3%.
Como ya avanzó Libre Mercado, el nuevo marco fiscal europeo entraría en vigor el próximo año 2024 e incluiría sanciones para los países que no cumplan los parámetros saludables de déficit y deuda pública ni hagan lo suficiente por mejorarlos.
En este sentido, el Ejecutivo español ya aseguró que nuestro descuadre fiscal se situaría en 2024 en un máximo del 3% (que Bruselas eleva hasta el 3,3%), con lo que se salvaría del procedimiento de ajuste y sanciones, pero fió dicha mejora del déficit al crecimiento y la elevada recaudación, y no a un genuino plan de recorte de gasto.
Pues bien, ahora la Comisión Europea manda un aviso a España y recuerda al Gobierno que debe comenzar ya a suprimir gradualmente las ayudas en materia energética para que queden eliminadas por completo en 2024, al mismo tiempo que insta a la Administración a utilizar el ahorro generado para reducir el déficit público y poder así cumplir con el optimista calendario de disciplina fiscal prometido por Sánchez y Calviño.
Ajuste de 9.302 millones
Las conclusiones se desprenden del informe del Semestre Europeo presentado este miércoles por la Comisión, e incluyen una advertencia al Gobierno español para que lleve a cabo una política fiscal "prudente" de forma que el gasto primario neto financiado por nuestro país no aumente más del 2,6% el próximo año. Es decir, Bruselas exige a España que, a la par que reduce las ayudas energéticas, contenga el gasto público, y para ello estima que nuestro país deberá acometer un ajuste fiscal de 9.302 millones de euros, equivalentes al 0,7% del PIB, solo en 2024.
En cualquier caso, la Comisión Europea se reserva la posibilidad de pedir a nuestro país compromisos más concretos una vez se confirmen las nuevas reglas fiscales que la UE aprobará próximamente: "Si logramos alcanzar un acuerdo sobre un conjunto revisado de normas fiscales para finales de 2023, que es nuestro objetivo, el año que viene por estas fechas podremos presentar nuestras primeras recomendaciones basadas exclusivamente en el nuevo marco", ha avanzado el comisario de Economía, Paolo Gentiloni.
De igual manera, el Semestre Europeo pone sobre la mesa que la economía española es vulnerable a "persistentes desequilibrios macroeconómicos" y que "sigue caracterizándose por una combinación de un gran stock de deuda externa e interna, tanto pública como privada, en un contexto de elevado desempleo y baja productividad".
Sea, como fuere, las probabilidades de que España tome en serio las advertencias del Semestre Europeo y ejecute las recomendaciones propuestas son francamente limitadas. Así, como se muestra en el gráfico superior, Bruselas calcula que las últimas recomendaciones efectuadas a nuestro país tuvieron una adopción sustancial en solo el 8% de los casos, un cierto progreso en el 64% y un progreso limitado en el 28%.