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Rainer Zitelmann, en Madrid: "Los liberales tenemos que aprender del marketing socialista"

"El capitalismo tiene tanto éxito que aunque se añadan unas pocas gotas pueden lograrse grandes avances", señala en su entrevista con Libre Mercado.

"El capitalismo tiene tanto éxito que aunque se añadan unas pocas gotas pueden lograrse grandes avances", señala en su entrevista con Libre Mercado.
Rainer Zitelmann, durante una conferencia Sao Paulo. | Alamy

El escritor, divulgador y empresario alemán Rainer Zitelmann ha visitado Madrid como parte de la agenda de presentación de su nuevo libro recién traducido al español: "En defensa del libre mercado". En una agradable conversación con Libre Mercado –medio en el que publica sus columnas con regularidad– el referente liberal aborda los detalles más relevantes de su nueva publicación y ofrece sus opiniones sobre el estado de España y el mundo con relación al sistema capitalista.

P. Bienvenido a España, un país por el que parece te has interesado mucho últimamente. En los últimos 3 años has traducido 3 de tus últimos libros al español. ¿Por qué es necesario que tu mensaje llegue a nuestro país?

R. Por supuesto, España es muy importante y también Latinoamérica, el español es el idioma más relevante junto con el inglés. Además, tengo mucha esperanza de que se extienda por España lo que está ocurriendo en Madrid. Por ejemplo, sé que aquí se han bajado los impuestos y se ha suprimido el de Sucesiones o Patrimonio, y al final se ha recaudado más.

Yo no creo en las teorías, sino en probar las cosas. Así que espero que ocurra en todo el país lo mismo que en Madrid. Sería un gran ejemplo en un mundo donde todos vamos en la dirección equivocada, de más estado y menos mercado.

Creo que en España siempre que se introdujo más mercado fue algo exitoso. Por ejemplo, cuando la dictadura franquista pasó de la economía planificada e introdujo algunas reformas en favor del mercado. O en los años 90, cuando se aprobaron varias reformas, incluso desde el Partido Socialista. Ese espíritu, que estaba en todas partes del mundo, fue positivo para España y espero que ahora, tras las próximas elecciones, haya un nuevo periodo de prosperidad.

P. En concreto, ahora publicas el libro "En defensa del libre mercado". ¿Por qué has elegido este momento para tratar un tema así? ¿Está el capitalismo en peligro?

R. Bueno, publiqué un libro antes, titulado "El capitalismo no es el problema, es la solución", y tras ello tuve muchas conferencias en todo el mundo donde fueron surgiendo muchas preguntas y discusiones de algunos problemas sobre los que no tenía una respuesta en el libro. Por ejemplo, sobre el medio, ambiente, los monopolios, los ricos, el consumismo... Así que tomé la decisión de escribir este segundo libro.

Y luego otra razón fue que veo que realmente es hora de defender el capitalismo, porque en casi en todas partes del mundo el capitalismo está bajo ataque. Empezando por América Latina, allí están casi todos con gobiernos socialista. Incluso en Chile, que fue el país capitalista más exitoso de la región. Y lo mismo en Estados Unidos, desde Obama. Trump fue ambivalente, hizo algunas cosas buenas como bajar los impuestos y algo de desregulación, pero también muchas cosas malas como mayor proteccionismo y un aumento de la deuda. Ahora, con Biden, EEUU tiene la peor clasificación en el Índice de Libertad Económica desde que se creó.

Por no hablar de Europa, donde Bruselas va cada vez más en la dirección de una economía planificada. No lo llaman así, pero en una economía planificada, los políticos y funcionarios deciden lo que se produce. Y ahora esto es exactamente lo que están haciendo en Europa, por ejemplo, con la prohibición de los motores de combustión. Creo que esto será muy, muy dañino para la industria automotriz en muchos países. Incluso en Polonia, uno de los países más exitosos desde que comenzaran sus reformas en los años 90, ahora parecen ir marcha atrás con el partido Ley y Justicia. Y también ocurre en China, donde en los últimos años se ha retrocedido respecto a las reformas de Deng Xiao Ping. En resumen, ocurre en todo el mundo, no son buenas noticias.

P. Dedicas buena parte de tu libro a analizar la percepción del capitalismo mediante una encuesta realizada en países de todo el mundo. Veo que, precisamente, Polonia lidera el ranking como el país con mayor apoyo ciudadano al capitalismo. Y, sin embargo, es preocupante ver cómo España figura en el lado opuesto. ¿Cuál es el problema?

R. Creo que el problema es que aquí las personas que creen en el libre mercado y el capitalismo en la mayoría de los casos no son muy buenos en marketing y relaciones públicas para difundir sus ideas. Siempre hay un mismo pequeño círculo de gente en los think tanks liberales. En Polonia cuando presenté mi conferencia sobre capitalismo había 300 personas, o en una conferencia para gente rusa también había unos 300, o en Argentina...

Es un problema en muchos países, también en el mío. Cómo conseguir más gente que defienda nuestras ideas y las difunda. Espero que este libro ayude un poco y vuestro medio también ayude. Pero en la escena libertaria casi todos nos conocemos entre nosotros, y eso es un problema, es algo endogámico. Debemos trabajar más en marketing y comunicación para hacer nuestras ideas más atractivas, en eso en la izquierda han sido más exitosos. Porque los hechos y la verdad están de nuestro lado y no del lado de la izquierda. Pero, si son más efectivos, deberíamos aprender algo de ellos.

Luego, en España también veo algo frustrante que, por ejemplo, el partido VOX, que parecía que al menos en materia de economía eran liberales y pro libre mercado, ahora se haya vuelto más proteccionista y antiglobalización. Lo mismo ha ocurrido en otros partidos de derechas en Europa, como el AfD en Alemania.

P. ¿No crees que la crítica al capitalismo es, en parte, fruto de una confusión terminológica, de que la gente no sabe lo que es realmente el capitalismo?

R. Sí, aunque creo que este no es el principal motivo. Al menos en España, según los datos de la encuesta, en las preguntas donde mencionamos la palabra capitalismo el grado de apoyo es prácticamente igual de negativo que cuando no la utilizamos y solo nos referíamos a libertad económica.

Si ese fuera el problema, sería tan fácil como cambiar la palabra por otra que le guste a la gente. Pero, además, me gusta más la palabra capitalismo porque es provocadora, y eso es importante para lograr el apoyo de los jóvenes. Porque los jóvenes no quieren ser defensores del sistema existente, son rebeldes. Si en mi país, Alemania, hablo de economía de mercado, casi todo el mundo dice estar a favor, incluso la izquierda. Pero el término capitalismo me da la opción de iniciar una discusión. Es lo mismo que la vestimenta. Antes utilizaba traje y mis empleados quizás me veían como alguien del viejo sistema. Por eso ahora prefiero ir con un estilo más relajado, incluso con camisetas de Adam Smith o de I love capitalism.

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Rainer Zitelman, en su entrevista con Libre Mercado, en Madrid.

P. ¿El capitalismo implica consumismo? ¿Es posible el uno sin el otro?

R. Creo que esa idea de consumismo es muy extraña. La idea de que los políticos deben decidir qué es bueno y qué es malo producir. Porque en la economía de mercado, el consumidor decide qué es bueno y qué no es bueno. Pero hay intelectuales que quieren tomar la decisión de qué es bueno y es malo. Hay buenos consumidores, los que compran lo que a ellos les gusta. Y malos consumidores, los que no les gusta.

Por ejemplo, yo soy vegetariano desde hace 20 años, y lo primero que veo en el supermercado es mucha carne. Y ahora tampoco tomo alcohol, y también está ahí. Lo mismo con los helados y el chocolate. Y el olor de las cebollas tampoco me gusta. Pero no por ello voy diciendo que se saque todo eso de los supermercados, sería una locura. Lo que se necesita y lo que es bueno es decisión de quien lo compra, aunque obviamente hay algunas excepciones, como la pornografía infantil, ciertas drogas... E incluso en el tema de las drogas hay argumentos a favor y en contra. El cannabis sí creo que no hay razón para prohibirlo, no es más dañino que el alcohol.

P. Rainer, también eres conocido por ser culturista. ¿Crees que, en cierto modo, el interés por la vida sana, el cuidado del cuerpo y el deporte en general pueden ser un reflejo de la sociedad, de personas que se toman su vida en serio sin esperar que alguien la solucione y la organice por ellos?

R. Es cierto, pero no lo hago de manera profesional. Creo que no tengo la genética necesaria, y hacerlo profesionalmente me llevaría a tomar drogas como esteroides, y yo me niego.

En cualquier caso, creo que se trata de ser ambicioso, de ponerse metas en la vida. Pueden ser deportivas, financieras u otras. Si tienes un mal cuerpo, puedes culpar a las sociedad y a las empresas que producen alimentos poco saludables. Pero para mí, como liberal clásico, creo que todo depende de ti, eres el dueño de tu vida. Si culpas a alguien más, le das el poder sobre tu vida a otras personas, mientras que si mi culpo a mi significa que tengo poder para cambiarlo. Es como si no tienes novia y esperas que alguien la consiga por ti. Al fin y al cabo, no hay gobierno, no hay estado, no hay otras personas. Todo depende de ti.

P. ¿Pero piensas que la gente está preparada para tomar las riendas de su vida? Porque es cierto que el libre mercado está disminuyendo la pobreza y creando más oportunidades, pero también lo es que problemas como la obesidad, la depresión o el suicidio son cada vez más relevantes.

R. En primer lugar, no dispongo de las estadísticas. Pero puede ser cierto y es algo triste. Creo que, por supuesto, siempre hay problemas en todas las sociedades, hay personas que no son felices y hay personas que están deprimidas. Pero esta es una diferencia entre el capitalismo y el socialismo: el capitalismo no pretende se una garantía de hacer a todo el mundo feliz. Es una garantía de que todos tengan oportunidades, de que todos puedan satisfacer sus necesidades económicas más importantes. Esa es una economía eficiente, que, como mencionas, reduce la pobreza, pero no es una garantía de no haya ningún problema social. Y esto es lo que la diferencia de las ideologías totalitarias, ya sea el nacionalsocialismo, el islamismo o el socialismo.

Es parte de la vida humana, hay gente más feliz y gente que no lo es tanto, gente que tiene éxito y que no, gente que es estúpida, gente que es fea... Por ejemplo, la Constitución de Estados Unidos no da una garantía para ser feliz, sino que da el derecho a buscarla.

P. También en tu libro y tus artículos hablas de la romantización de la vida precapitalista e incluso de la pobreza. ¿Por qué si vivimos mejor gracias al capitalismo, muchos abogan por sistemas del pasado?

R. Primero, no saben nada de historia. Ni siquiera saben cómo era la vida antes del capitalismo. Algunos piensan que todo el mundo era feliz viviendo en el campo con los animales, pero no saben realmente qué condiciones había, por eso dedico un capítulo de mi libro a este tema. Incluso en los países más ricos, como Francia o Inglaterra, había un 20% de la población que ni siquiera podía trabajar más de unas pocas horas porque eran demasiado débiles. Solo podían caminar unas pocas horas al día ya que no tenían suficiente para comer, y eso les impedía trabajar, y no trabajar les impedía comer... Y así en un círculo vicioso.

Y otra razón es que la gente compara la utopía con la realidad. Tienen su visión de una sociedad perfecta, tal vez escrita en un libro, y luego la comparan la sociedad tal como es ahora. Yo creo que las cosas hay que compararlas con hechos, con evidencia histórica, por ejemplo.

Aunque este mismo problema también sucede con los liberales y libertarios: tienen su visión de una sociedad 100% capitalista y luego comparan con la realidad. Yo en cambio rechazo las utopías: si alguien propone algo, que primero demuestre dónde y cuándo se aplicó. El capitalismo no se construyó con un libro que alguien le dio a un político para que lo implementase. Así que debemos compararnos con otros países y con la realidad para cambiar las cosas, introduciendo cambios. Lo veo como una probeta: el capitalismo tiene tanto éxito que aunque se añadan unas pocas gotas pueden lograrse grandes avances. Por ejemplo, es lo que viene ocurriendo en Vietnam, que en las últimas décadas ha aumentado mucho su nivel de vida.

P. Precisamente, en la macroencuesta que publicas en tu libro, países como Vietnam y otros con gran potencial de crecimiento, como Nigeria, figuran entre los que apoyan más el capitalismo. ¿A qué se debe?

R. Hay bastantes razones, aunque creo que es fácil. Asocial el capitalismo con prosperidad, porque son más pobres y ven que la gente de Europa y Estados Unidos no es más pobre. Y entonces concluyen que el capitalismo es mejor que lo que tienen. Y creo que tienen razón, son inteligentes. Si en España o Alemania preguntas a la gente si el capitalismo mejora las condiciones de vida dicen que no, y si preguntas si es responsable del hambre y la pobreza, dicen que sí.

En Vietman es al contrario, son una sociedad muy emprendedora, y eso que su sociedad se hace llamar socialista y está dirigida por el Partido Comunista. Peor yo estuve allí y te puedo garantizar que es mucho más fácil encontrar un marxista en una universidad de Madrid que en una de Vietnam. Se llaman a sí mismos socialistas, se llaman a sí mismos comunistas, tal vez, pero en cierto modo tienen mucho más espíritu emprendedor que el que tenemos aquí.

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