No, la vivienda en España no tiene un problema por el lado de la demanda, sino por el flanco de la oferta. Por mucho que PSOE y Podemos insistan en regular los precios, lo cierto es que el coste de alquilar un piso o de hacerse con un inmueble refleja simplemente el punto de equilibrio entre quienes quieren materializar este tipo de operaciones y quienes ostentan la titularidad de los activos inmobiliarios en cuestión. Por lo tanto, si lo que se pretende es ajustar los precios a la baja, la única forma de hacerlo sin provocar un cortocircuito en el mercado es elevar significativamente la oferta de vivienda disponible para alquilar o vender.
El Banco de España ha vuelto a poner de manifiesto esta circunstancia. Siendo justos, no hablamos de un tema polémico en clave económica, puesto que la inmensa mayoría de los académicos se muestran de acuerdo a la hora de valorar el efecto que tienen los controles de precios sobre las dinámicas del mercado de la vivienda. Sin embargo, la izquierda política y mediática sigue insistiendo en este tipo de discurso y, de hecho, sus intervenciones políticas avanzan en esa misma línea. Por tanto, el hecho de que el Banco de España se haya pronunciado sobre esta cuestión, emitiendo un breve pero contundente informe sobre el desajuste oferta-demanda en el ámbito de la vivienda, resulta de especial interés.
De entrada, cuando se analizan las cifras de los ocho últimos años, resulta especialmente interesante el comprobar cómo se ha producido una creciente separación entre la oferta y la demanda de vivienda, sobre todo a partir del año 2020:
En la misma línea, resulta evidente que existe una relación significativa entre el desajuste oferta-vivienda y la evolución al alza de sus precios. Así lo pone de manifiesto el siguiente gráfico, tomado asimismo del informe del organismo regulador:
Con todo, a la izquierda política y mediática le gusta decir que sigue habiendo miles de viviendas vacías. Esta afirmación es tan cierta como tramposa. Al fin y al cabo, aunque hay casi medio millón de inmuebles en esta circunstancia, lo cierto es que la inmensa mayoría fueron desarrollados en plena burbuja inmobiliaria y están ubicados en zonas donde no hay demanda. Por eso, el stock sigue casi inalterado:
El informe recuerda asimismo que el incremento de los costes financieros (tipos de interés, hipotecas, etc.) y de los gastos de construcción también incide en la subida de precios. Y, por otro lado, también desmonta otro punto central de las posiciones políticas y mediáticas de la izquierda, que a menudo se posicionan contra la bonificación del Impuesto de Sucesiones, a pesar de que la herencia de vivienda es uno de los factores que más contribuye a suavizar las subidas de precios y evitar más problemas en este ámbito.
De modo que, a la luz de los datos, resulta evidente que el discurso de la izquierda política y mediática sobre la vivienda solamente revela una falta de entendimiento de los fundamentos del mercado.