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Sánchez deja vendido al campo frente a la naranja sudafricana: vuelve la 'falsa polilla' en plena inacción del Gobierno

Determinados países no están respetando en plenitud las exigencias de aplicar a las naranjas lo que se denomina como tratamiento de frío.

Determinados países no están respetando en plenitud las exigencias de aplicar a las naranjas lo que se denomina como tratamiento de frío.
Naranjas de origen España en la sección de Fruta y Verdura de Mercadona | Mercadona

El campo ha vuelto a poner el grito en el cielo. El pasado verano ya sufrió la entrada masiva de la naranja sudafricana mientras se disparan las exigencias y costes al cítrico español y, además, en plena oleada de críticas y denuncias por la falta de cumplimiento de las exigencia anti "falsa polilla", según los productores. Ahora vuelve la situación y los agricultores no han dudado en exigir de nuevo un mayor control de esta fruta sudafricana.

El Comité de Gestión de Cítricos (CGC), miembro de CEOE, ha reclamado ya en diversas ocasiones a la Comisión Europea (CE) una investigación a fondo sobre los supuestos incumplimientos en los controles de las importaciones europeas de naranjas procedentes de Sudáfrica. Los agricultores, por su parte, han trasladado igualmente a Grupos Parlamentarios como el de Vox en el Europarlamento su preocupación por el convencimiento de que determinados países no están respetando en plenitud las exigencias de aplicar a las naranjas lo que se denomina como tratamiento de frío, con el fin de reducir el riesgo de contagio de "falsa polilla".

No se trata de un problema menor. La falsa polilla y la ‘mancha negra’ son un grave problema de cara al mercado del cítrico. Desde España, el campo no ha dejado de quejarse de que las medidas fitosanitarias establecidas por la UE para evitar la entrada de ambos organismos nocivos -el primero es un insecto, el segundo, un hongo- son vulnerables y no garantizan un control pleno.

El asunto ha llegado a provocar ya, incluso, la intervención del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, que no ha dudado en tirar de argumentario "racial" para defenderse de lo que simplemente es el deseo de contar con un mercado seguro y una competencia sana y en igualdad.

La realidad es que la normativa exige que todas las naranjas enviadas a la UE se preenfríen por debajo de los 2 grados durante un periodo de 20 días. Y desde el campo español se ha denunciado ya en diversas ocasiones que este requisito no se cumple en plenitud. Desde la
temporada pasada, esta exigencia se aplica, además, no sólo a las naranjas sudafricanas. El mismo requisito se ha impuesto, para combatir la falsa polilla, a países como Cabo Verde, Israel, Madagascar, Mauricio, Reunión y Santa Helena. Pero el campo español recuerda que Sudáfrica es una de los grandes exportadores de esta naranja y que es necesario mitigar el riesgo de que esta plaga, presente en el país mencionado, se introduzca en Europa. Por su parte, la postura de Sudáfrica es doble. Por un lado considera dudosa la base científica de la norma y denuncia una falta de equidad comercial. Y es que el tratamiento de preenfriamiento implica un gasto energético que encarece el producto final y resta competitividad a la naranja exportada.

En 2022 se registraron un total de 193 interceptaciones de organismos nocivos en cítricos de todos
los orígenes. De ellas 83 estuvieron debidas a la mancha negra: 28 en cítricos procedentes de Sudáfrica, 19 de ellas, en naranja. Sudáfrica, por su parte, no ha dejado de cuestionar los requisitos fitosanitarios de la UE para evitar la entrada de elementos nocivos en las importaciones de los países exportadores afectados por estos problemas, como Zimbabue, Argentina, Brasil, Sudáfrica y Uruguay. Y el campo español exige que la Presidencia de la UE de Pedro Sánchez aborde estos asuntos como prioritarios. Pero el Gobierno de Pedro Sánchez mira hacia otro lado.

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