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El decrecimiento trae racionamiento alimentario: la gurú izquierdista que pide limitar el consumo de comida al día

Defiende el "decrecimiento" como único modelo viable y reivindica un sistema de racionamiento con un máximo de 2.500 calorías diarias.

Defiende el "decrecimiento" como único modelo viable y reivindica un sistema de racionamiento con un máximo de 2.500 calorías diarias.
Ulrike Herrmann, la nueva 'gurú' del progresismo europeo. | Flickr/CC/Stefan-Mueller-climate

Las teorías del "decrecimiento" siguen cobrando fuerza en las filas de la izquierda política y mediática. La idea de que el capitalismo va camino al colapso, y la convicción de que la única alternativa posible pasa por recortar nuestro nivel de vida de forma significativa, han calado hondo en el progresismo de la mano de intelectuales como la alemana Ulrike Herrmann, que ya ha despachado más de 100.000 copias de su libro El fin del capitalismo.

Herrmann sostiene abiertamente que "el crecimiento es incompatible con la protección climática". Asimismo, la autora teutona defiende que no es viable confiar en la eficiencia productiva del mercado, descartando así la posibilidad de articular un "capitalismo verde". Su tesis, por tanto, enfatiza el "decrecimiento" como única salida verdaderamente viable.

Para la pensadora germana, "el mundo cada vez peor - y no es por casualidad. La crisis climática está en el corazón del capitalismo. La prosperidad y el crecimiento solamente son posibles a través del deterioro del medio ambiente. Por lo tanto, los países ricos no van a tener más remedio que pasar al decrecimiento, decirle adiós al capitalismo y construir una economía circular en la que solamente se consuma aquello que podamos reciclar".

El fenómeno editorial que ha cosechado Herrmann con El fin del capitalismo ha popularizado sus propuestas a favor de la planificación económica, pero también del control estatal de otros aspectos de la vida cotidiana. Un buen ejemplo de este último punto lo tenemos en su defensa de las políticas de racionamiento alimentario.

Así, Ulrike Herrmann plantea en su libro que la ingesta diaria de alimentos debería quedar limitada a un máximo de 2.500 calorías por día. Su modelo de racionamiento está desarrollado al milímetro y, por ejemplo, abarcaría un máximo de 500 gramos de fruta y vegetales, 232 de cereales o arroz, 13 de huevos o 7 de carne de cerdo.

"A primera vista, este menú puede parecer un poco escaso, pero los alemanes estarían mucho más sanos si cambiaran sus hábitos alimentarios", afirma Herrmann. Además, "puesto que habría más igualdad en este ámbito, la gente también sería más feliz y la vida sería incluso más agradable de lo que es hoy en día, porque la justicia hace feliz a la gente".

Las propuestas de la autora de El fin del capitalismo ahondan en la línea prohibicionista que está explorando el gobierno de España. A lo largo de los últimos años, el Ejecutivo de coalición entre PSOE y Podemos ha criticado el consumo de carne y ha implantado un "semáforo" que desaconseja la compra de ciertos alimentos. Las autoridades comunitarias también han comprado este discurso y Bruselas ha movido ficha en este mismo sentido, promoviendo asimismo el consumo alimentario de insectos.

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