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La deuda pública que el PSOE quiere perdonar a Cataluña supone regalar dos años y medio de IRPF de todos los madrileños

El PSC ha iniciado las negociaciones regalando dinero ajeno que corresponde a todos los españoles.

El PSC ha iniciado las negociaciones regalando dinero ajeno que corresponde a todos los españoles.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (c), y el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños (d) | EFE

El PSOE ha abierto la lista de los regalos para conseguir los apoyos necesarios para que Pedro Sánchez sea presidente del Gobierno. Uno de ellos, tal y como publicó hace dos meses Libertad Digital, supondría regalar a la Generalidad de Cataluña la condonación de una muy buena parte de la deuda pública que mantiene esta administración regional con el resto de España fruto, principalmente, del dispendio ocasionado y la pérdida de contribuyentes y bases imponibles por culpa de su escalada separatista y golpista.

Según el PSC, ese perdón de la deuda podría ascender a los 70.000 millones de euros -la deuda pública total de Cataluña está disparada y ha superado ya los 85.000 millones de euros-. De esa deuda, cerca del 20% está soportada por los contribuyentes de la Comunidad de Madrid, teniendo en cuenta su peso sobre el PIB de España. Pues bien, ese perdón de la deuda catalana implica literalmente regalar a los separatistas 2,6 años enteros de pago del IRPF de los contribuyentes de la Comunidad de Madrid.

La deuda de 70.000 millones de euros de Cataluña no es sino la parte correspondiente al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), el mecanismo de pago y ayuda financiera que se activó tras la crisis suprime desde el año 2012 y cuyos pagos coinciden casualmente con el inicio de los años de los dos golpes separatistas catalanes -el menos recordado (de 2014 y con Artur Mas) y el del 1-O de 2017, ya con Carles Puigdemont como presidente regional-.

El PSC, por su parte, ha iniciado las negociaciones regalando dinero ajeno: ha ofrecido la condonación de la deuda regional, pese a que ese dinero corresponde a todos los españoles, no a Pedro Sánchez ni al PSOE y menos aún para engrasar sus negociaciones de gobernabilidad.

Los cálculos para entender la repercusión del regalo a los separatistas que prepara el PSOE son sencillos. Según los datos oficiales de la liquidación del Sistema de Financiación Autonómico de 2021 (último dato disponible), la recaudación líquida de todo el IRPF nacional alcanzó los 94.546 millones de euros.

De esa cifra, la recaudación líquida por ese mismo IRPF en la Comunidad de Madrid fue de 37.314 millones de euros, de los que 12.495 millones procedieron del tramo autonómico y el resto del nacional, pero todos pagados por los contribuyentes madrileños.

Pues bien, de la montaña de deuda pública que acumula Cataluña -85.456 millones-, el PSOE está dispuesto a perdonarle hasta 70.000 millones de euros, de los que, al menos 14.000 millones están directamente soportados por los madrileños, tomando como referencia el peso de Madrid en la economía nacional -cerca del 20%-.

Por lo tanto, ese perdón de la deuda pública catalana supone regalar a los separatistas nada menos que 2,66 años de pagos del IRPF global de todos los contribuyentes ubicados en la Comunidad de Madrid. Más de dos años y medio del principal pago fiscal de todos los madrileños. O, dicho de otro modo, que si ese regalo exacto -por el mismo volumen- se hiciese a los madrileños, todos los contribuyentes de la Comunidad podrían permanecer más de dos años y medio sin pagar el IRPF.

Hay que recordar que este asunto se lleva negociando desde hace meses. Libertad Digital publicó a finales de mayo las exigencias de ERC a Pedro Sánchez. Y allí se encontraba la reasignación de los cupos de déficit dentro de España. Traducido: la nueva exigencia política pretendía que Cataluña pudiera seguir derrochando más aunque sus finanzas siguieran descontroladas. Y que, a cambio, para compensar, fuese Madrid la que restringiera más sus gastos, pese a estar infinitamente mejor. Dicho de otro modo, que Madrid, con recortes impuestos desde el Gobierno central, financie los gastos extra de Cataluña.

La exigencia se ampliaba a la deuda. Y el resultado era literalmente el de una Cataluña con poder para gastar mientras el resto tenían ‘poder’ para pagar.

Al margen de ello, no se puede olvidar que la comunidad que más aporta al conjunto de territorios españoles, según los datos de balanzas fiscales, es Madrid: prácticamente el triple que Cataluña. Esa aportación es gestionada por el Gobierno central, que es quien distribuye posteriormente la cesta de financiación a las comunidades autónomas y la inversión territorializada. Traducido, que es Madrid quien soporta mayoritariamente esos gastos. Y ERC lo que reclama es poder gastar más desde la Generalidad catalana, eso sí, sin bajar el gasto nacional. Y eso sólo puede tener una conclusión: que Madrid pague aún más para financiar el exceso de gasto de Cataluña.

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