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El BCE advierte del deterioro de las previsiones de crecimiento económico en Europa

Asimismo, alerta de que la inflación seguirá siendo "demasiado alta" y apunta a nuevas subidas de tipos de interés.

Asimismo, alerta de que la inflación seguirá siendo "demasiado alta" y apunta a nuevas subidas de tipos de interés.
La Presidenta del BCE, Christine Lagarde. | EFE

"Las perspectivas a corto plazo de la actividad económica en la zona del euro se han deteriorado, debido principalmente a la mayor debilidad de la demanda interna". Así lo recoge el BCE en su último Boletín Económico, como ya hicieran Christine Lagarde, presidenta del BCE, y Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, en conferencia de prensa hace unas semanas.

En este sentido, desde la autoridad monetaria europea explican que "la elevada inflación y el endurecimiento de las condiciones de financiación están frenando el gasto, lo que está afectando especialmente a la producción de manufacturas, que también se está viendo contenida por la debilidad de la demanda externa", que destaca también que tanto la inversión residencial como la empresarial están mostrando también "signos de debilidad". De hecho, aunque los servicios experimenten una mayor fortaleza, ese dinamismo "se está ralentizando".

Por tanto, desde el BCE, pese a que a largo plazo "el descenso de la inflación, el aumento de las rentas y la mejora de las condiciones de la oferta deberían respaldar la recuperación", se prevé en el corto plazo el crecimiento económico siga siendo "débil".

Un escenario de inflación e incertidumbre

El propio organismo reconoce que la inflación seguirá siendo "demasiado alta durante demasiado tiempo", por lo que buscará que tipos de interés se fijen en "niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo necesario para lograr que la inflación vuelva a situarse pronto en el objetivo del 2% a medio plazo".

Desde el BCE insisten, además, en que su Consejo de Gobierno "está preparado para ajustar todos sus instrumentos en el marco de su mandato para asegurar que la inflación vuelva a situarse en su objetivo a medio plazo y preservar el buen funcionamiento de la transmisión de la política monetaria".

Al respecto, se aconseja a los Gobiernos "revertir las medidas de apoyo" a la ciudadanía para paliar los efectos del alza de precios, algo "esencial para evitar que aumenten las presiones inflacionistas a medio plazo, lo que haría necesario una respuesta más decidida de la política monetaria". En este mismo sentido, defienden reducir los grandes niveles actuales de deuda pública.

Del mismo modo, las perspectivas de crecimiento económico y de inflación siguen sujetas a una elevada incertidumbre. El BCE expresa que entre los riesgos que puede encontrar la zona euro se encuentran la guerra en Ucrania, el aumento de las tensiones geopolíticas, unos efectos de la política monetaria más intensos de lo esperado y un debilitamiento de la economía mundial, que frenaría la demanda de exportaciones de la zona del euro. En cambio, el crecimiento económico podría ser favorable si la fortaleza del mercado de trabajo, el aumento de las rentas reales y el descenso de la incertidumbre hacen que los ciudadanos y las empresas tengan más confianza y aumenten su nivel de gasto.

En concreto, respecto del empleo, el BCE celebra la evolución positiva del mercado laboral de las últimas semanas pero no descarta que en los próximos meses pueda producirse una "ralentización" e incluso una evolución negativa en el sector manufacturero.

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