El PNV camina hacia su disolución en Bildu. El viejo partido del racista Sabino Arana ya se define como progresista en el País Vasco; como verde en Navarra; y ahora, en Vizcaya, encabeza el deseo de cobrar más impuestos a las rentas altas con la implantación del tributo temporal a las grandes fortunas, pese a poder esquivarlo.
La Diputación Foral de Bizkaia cobrará este año 2023 el Impuesto a las Grandes Fortunas. La diputada de Hacienda, Itxaso Berrojalbiz (PNV), lo tiene claro y ha avanzado ya que las Juntas Generales avanzan en la aplicación del denominado como impuesto temporal a las grandes fortunas. Hay que recordar que su temporalidad está más que en duda —el PSOE ya estudia su conversión en permanente— y, además, este tributo duplica el gravamen al Patrimonio.
Y es que el PNV no deja de seguir la rueda de Bildu. De hecho, Berrojalbiz ha confirmado su deseo de cobrar más impuestos a las rentas altas en una respuesta al portavoz proetarra, Iker Casanova, sobre los planes de la Diputación Foral con respecto al citado Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas. Este impuesto fue aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez en diciembre de 2022 y, más tarde, fue incluido en el Concierto Económico vasco, como tributo concertado de normativa autónoma.
El pasado mes de abril el proyecto de norma foral necesario para su cobro en Vizcaya se sometió a exposición pública. Pero, pese a ello, "la tramitación de dicho proyecto se ha visto interrumpido, algo que no ha ocurrido con la tramitación de otros proyectos de norma foral que en dicho momento se encontraban en fase de consulta pública", espetó Casanova a la responsable del PNV.
Todo un tirón de orejas del portavoz proetarra al que ha contestado con premura el PNV afirmando que, por supuesto, que también en materia fiscal seguirán los pasos del partido de Arnaldo Otegi: "La Diputación Foral de Vizcaya tiene la intención de dar todos los pasos necesarios para el cobro del Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas correspondiente a 2023", señala Berrojalbiz en su respuesta.
El ansia recaudadora del ‘nuevo’ PNV, de hecho, siguen confirmándose. La misma responsable se ha mostrado orgullosa en diversas ocasiones del reformado sistema de control de tributación de empresas y autónomos vizcaínos bautizado como Batuz. Eso sí, hay una medida que gustará menos a Bildu. Y es que, por el momento este ansia fiscal ha esquivado a las casetas festivas denominadas como txoznas -espacio natural de expansión de Bildu. Pero la intención es exigir el pago de impuestos a partir del 1 de enero de 2024. Veremos si se mantiene aquí el apetito fiscal, teniendo en cuenta que en 2024 hay elecciones autonómicas en el País Vasco.