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Nueva lección urgente de economía para progres. En esta ocasión, analizamos algunos de los datos sobre Palestina que no te contarán en otros medios.

Los datos de Palestina que nunca te contarán Silvia Intxaurrondo ni Ione Belarra

Nueva lección urgente de economía para progres. En esta ocasión, analizamos algunos de los datos sobre Palestina que no te contarán en otros medios.

Desde los sectores mediáticos y políticos más identificados con eso del "progresismo", se ha abordado la matanza de israelíes perpetrada por el grupo terrorista Hamás, como una acción defensiva justificada con tra el genocida estado israelí. Desde entonces y tras la decidida respuesta de defensa de Israel tratando de neutralizar la amenaza terrorista con contundencia, nos estamos acostumbrando a un sangrante antisemitismo desde púlptios políticos y mediáticos.

Sin embargo, son muchos los datos que se nos hurtan de la realidad de la zona. De la realidad que subyace tras unos datos muy desconocidos que reflejan la realidad de Palestina y de Israel. Datos que avalan la historia real de la llegada de los israelíes a lo que hoy es su Estado y fronteras, y que en Libertad Digital y esRadio estamos empeñados en divulgar con seriedad y rigor.

En esta ocasión queremos describir algunos de los datos que nos pueden ayudar a entender la realidad de Palestina y de su relación con Israel, y que no vamos a encontrar en los programas de TVE de Silvia Intxaurrondo, o que nunca reconocerá la ministra Ione Belarra, o la vicepresidenta Yolanda Díaz.

Son datos que describen una economía devastada por la dictadura de los terroristas de Hamás, y una relación con Israel distinta, muy distinta, a la que nos describen desde estos medios. Una relación basada en la tolerancia y el respeto a la legalidad, en la que musulmanes, árabes y, entre ellos, palestinos, conviven en Israel en mejores condiciones de lo que lo hacen al otro lado de la franja.

La población de los territorios palestinos supera los 5,2 millones de personas, costituyendo una de las áreas de mayor densidad de población, aunque no la más grande, como en ocasiones de señala. Una población que ha crecido en más de un millón de personas en los últimos diez años, una realidad directamente incompatible con la gruesa acusación a Israel de practicar un genocidio con los palestinos que con tanta ligereza lanzan miembros del gobierno español.

Desde el punto de vista económico, ¿cuál es el motor de esa región? ¿De qué viven los territorios palestinos? ¿De la agricultura? ¿Ganadería? ¿Servicios? ¿Industria? ¿Turismo? Nada de eso. De la ayuda humanitaria. A Palestina llegan cada año 5.200 millones de dólares de ayuda humanitaria que completan su PIB anual. Pero, como es habitual con la ayuda humanitaria, ésta no se traduce en infraestructuras, ni en hospitales, ni en escuelas, ni en la explotación de los acuíferos sobre los que se asienta Gaza, ni mucho menos en el desarrollo de una industria competitiva. No. Pese aa esa ingente cantidad de recursos pretendidamente filantrópicos, los terroristas de Hamás, y los mandatarios de la región mantienen a su población en la indigencia, con un PIB per cápita de apenas 1.000 dólares al año. Dicho sea de paso, también soportan una deuda de del doble: 10.000 millones de dólares, 2.000 euros por palestino.

Además, en contra de lo que nos quieren hacer pensar, son muchos los palestinos que deciden ir a trabajar a Israel. Sí, más de 100.000 palestinos cruzan cada día la frontera para trabajar en Israel, donde cobran 3 veces más de lo que cobran en territorio palestino.

No sólo eso. En Israel no sólo se respeta, se contrata y se convive con palestinos, sino que el 20% de la población israelí es árabe, y de ésta, la gran mayoría, musulmanes. Es decir, que no existe un exterminio étnico ni religioso por parte de Israel.

Todos estos, datos que no leerán ni escucharán ni verán en medios afiliados a la propaganda de Hamás, ni tampoco de miembros del Gobierno empeñados en un antisemitismo sangrante

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