Los funcionarios se han cansado de esperar a que el Gobierno varíe el rumbo con MUFACE. En pleno covid Pedro Sánchez decidió tomar el control de la principal mutua de los empleados públicos y, desde entonces, no ha dejado de haber recortes en los servicios en lo que, a todas luces, supone un vaciado programado de la entidad. El principal sindicato de los funcionarios -CSIF- quiere una negociación urgente con el Gobierno y un plan de inversiones en MUFACE que acabe con el deterioro del servicio sanitario a los empleados públicos.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), el sindicato más representativo en las administraciones públicas, ha reclamado al Consejo General de MUFACE una solución urgente "a la falta de financiación del concierto sanitario para evitar recortes en la asistencia concertada". CSIF se ha dirigido ya a esta entidad para que informe sobre los pasos dados para favorecer el incremento de la financiación del concierto sanitario ante el incremento de los precios. La Dirección de Muface, por su parte, sigue buscando vías para poder elevar la dotación presupuestaria del contrato público con las aseguradoras, en colaboración con la Abogacía del Estado.
Pero mientras, los datos que llegan de los usuarios de su asistencia médica no dejan de confirmar los recortes. Así, "en la reunión del Consejo de Muface se ha dado traslado de una encuesta sobre más de 5.000 mutualistas de todas las comunidades autónomas de la que se desprende la necesidad de mejorar las prestaciones. Los mutualistas encuestados apenas dan un aprobado raspado (5,44 sobre 10) a estas prestaciones". Y ello pese a ser un servicio privado que ha gozado siempre de un gran reconocimiento entre los empleados públicos.
Las ayudas peor valoradas y que reciben un suspenso por parte de los mutualistas son las becas de estudio, ayudas para el sepelio, subsidios por defunción, prótesis y material ortoprotésico. Además, llama la atención que el 70% de los encuestados desconocen que tienen derecho a solicitar las diferentes ayudas de MUFACE.
Lo cierto es que Podemos nunca ha ocultado su deseo de dejar a los funcionarios sin su sistema sanitario. Quiere acabar con MUFACE y lo ha plasmado hasta por escrito. El PSOE tampoco oculta su desprecio por ese sistema que permite a los empleados públicos optar libremente por una vía de sanidad privada a buen precio. Y ambos han empezado desde el Gobierno un sistema de vaciado de fondos de MUFACE con el fin de llevarla a la desaparición, tal y como denuncian desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), el sindicato más representativo en las administraciones públicas y con presencia creciente en el sector privado.
Desde CSIF explican que desde el Gobierno nunca se han repuesto al sistema los fondos necesarios para cubrir los gastos asumidos durante la etapa del covid. Es más, que el dinero inyectado en el nuevo convenio hace inviable que se mantenga el servicio incluso más allá de esa etapa. Y que eso, obviamente, lleva a un deterioro del servicio que acaba en la salida del sistema de MUFACE de los grupos hospitalarios y en que los funcionarios acaben optando por dejar de usar la opción privada por la pérdida de calidad.