Pedro Sánchez y su Gobierno han generado un entorno radicalmente amargo para los empresarios. Más de 50 subidas de impuestos totales en España, casi una decena de ellas centrada frontalmente en las empresas, insultos públicos, normas para restringir sus beneficios, endurecimientos laborales, inspecciones de Hacienda y Trabajo con base en algoritmos y sin cotejo probatorio real y hasta amenazas de inspecciones fiscales por ir en contra de los deseos del Gobierno, todo ello, ha generado un clima pésimo para el desarrollo del negocio. Y, pese a las subidas nominales de los impuestos, la Intervención General acaba de constatar que la curva de ingresos se ha dado la vuelta, que se ha castigado de tal modo a las empresas, que las nuevas inversiones han preferido irse y el resultado es una caída de la recaudación hasta septiembre de nada menos que un 11.7%.
La cifra es rotunda: De enero a septiembre de 2023 se han recaudado 1.572 millones de euros menos que en el mismo periodo de 2022. ¿El motivo? El castigo a la inversión y la actividad empresarial, que ha provocado un parón y caída de casi un 12% en el ritmo neto de recaudación. Los ingresos en ese periodo han pasado de 13.422 millones de euros en ese periodo del año pasado, a 11.850 millones en el actual.
Los datos son ahora confirmados por la Intervención General del Estado. Pero van en línea con las conclusiones que anticipaban ya las ventas de las grandes empresas, tal y como ha informado LD. Y, ello, pese al optimismo injustificado e impostado del Gobierno, que sigue hablando de crecimiento robusto cuando sabe que los principales indicadores económicos apuntan a un parón.
De hecho, Pedro Sánchez se empeña en afirmar que la economía marcha "como una moto". Nadia Calviño, por su parte, no deja de confirmar ese mensaje asegurando que las bases de la economía son "robustas". Y, mientras, no dejan de surgir indicadores que revelan justo lo contrario, como la evolución de la facturación de las mayores compañías españolas: las ventas de las grandes empresas se han frenado en seco con una caída de las exportaciones de cuatro puntos, según los propios datos de Hacienda.
La base documental se encuentra en la propia Agencia Tributaria. Y refleja la evolución de las ventas de las grandes empresas hasta agosto del actual año. Y el informe oficial señala que "las ventas totales de las grandes empresas, deflactadas y corregidas de variaciones estacionales y de calendario, se redujeron en agosto un 0,7%, la primera tasa interanual negativa desde febrero de 2021". El documento admite que "los datos diarios de ventas provenientes del sistema de Suministro Inmediato de Información (SII) ya apuntaban en la misma dirección y con una magnitud pareja". Y la razón del "retroceso es consecuencia, básicamente, de la moderación que mostró el crecimiento de las ventas interiores, a lo que se sumó la nueva contracción de las exportaciones".
Esa explicación inicial arroja un análisis de los datos contundente. El propio informe alerta acto seguido de que "las ventas interiores se incrementaron un 0,4% en agosto, más de cuatro puntos por debajo del repunte que se produjo en julio" y que "las ventas de inversión sufrieron un frenazo, reduciéndose un 0,4% respecto al año pasado, tras crecer a tasas de dos dígitos en lo que iba de año". Dentro de este último grupo, además, "las ventas asociadas a equipo y software interrumpieron el intenso crecimiento vivido en el último año y medio, registrando un retroceso del 6,1%". Un parón en toda regla.