El discurso de investidura de Pedro Sánchez ha batido récords de tergiversación de la realidad. Los culpables de la crispación, según él, no son ni los etarras ni los golpistas, sino los que se defienden de ellos y esgrimen la Constitución. La amnistía es necesaria para evitar que gobierne el PP y "elimine carriles bici" y "retire la educación sexual de los colegios". Aderezado todo ello con una lluvia de datos económicos falsos y retorcidos hasta un punto difícil de explicar.
Uno de los falseamientos más llamativos en este mundo idílico dibujado por Sánchez ha sido el del déficit público. De él ha dicho que se había reducido. Y lo cierto es que desde que él llegó al poder ha crecido en nada menos que 363.265 millones de euros. Más o menos el equivalente a cuatro pagos de todo el IRPF de todos los españoles trabajando cuatro años enteros.
Según Sánchez, el déficit público ha dejado de ser un problema. Lo dice cuando no ha cumplido con el déficit marcado por la UE (con el COVID se autorizó el desbordamiento) desde el año 2019. Es más, según él, se ha reducido el déficit. Y ha crecido desde su llegada en nada menos que 363.265 millones de euros. Lo que se ha reducido ha sido el peso del ese déficit en porcentaje de PIB. Y ha sido porque el PIB ha crecido especialmente impulsado por la inflación. Pero el déficit no se ha reducido bajo ningún concepto.
La evolución es fácil de resumir. Pedro Sánchez llegó fruto de una moción de censura a mitad del año 2018. Ese año cerró con un déficit público de 31.224 millones (un 2,59% del PIB).
El siguiente ejercicio, 2019, ya de Gobierno con Podemos, Sánchez disparó ese déficit hasta los 38.116 millones (3,06% del PIB). En 2020, con el covid, el descontrol se disparó hasta los 113.199 millones de euros (10,12% del PIB). En 2021 la cosa no mejoró demasiado: 82.262 millones de déficit, un 6,73% del PIB. En 2022 quedó en 63.736 millones de euros el agujero financiero (un 4,73% de un PIB ya inflado por el alza de los precios). Y en los dos primeros trimestres de 2023 el incremento de ese boquete ha sido de 1.852 millones y 32.876 millones respectivamente.
En resumen: desde 2018, el déficit suma 363.265 millones más de agujero. Desde 2019, cuando llegó el gobierno del PSOE y Podemos, el déficit público acumula 332.041 millones de euros. Y sólo entre 2019 y 2022 aglutina 297.313 millones de euros.
Toda una locura financiera sin control que suma cifras cada año. Porque cada agujero financiero hay que refinanciarlo con deuda, no desaparece con el paso del año. Y, por lo tanto, los déficit se acumulan para ser pagados a plazos y con intereses por todos los contribuyentes españoles vía impuestos. Por eso, Sánchez no ha dejado de subir los impuestos.