El presidente electo de Argentina, el liberal Javier Milei, no ha tardado ni 24 horas en hacer los primeros anuncios sobre la agenda que se va a ir marcando como líder de un Gobierno que tiene una labor titánica por delante: darle la vuelta como un calcetín a un país empobrecido, con una inflación galopante y donde más de la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
Y mientras políticos y periodistas de izquierdas de todo el mundo se llevan las manos a la cabeza por la victoria de Milei, la Bolsa brilla con los primeros anuncios. Este lunes, Javier Milei, ya como presidente electo, repitió que "todo lo que pueda estar en manos del sector privado va a estar en manos del sector privado", dijo, y así avanzó que mantiene su intención de privatizar YPF, la petrolera que el peronismo expropió a Repsol en 2012 y que, diez años después , vale un 75% menos. Argentina, además, ha sido condenada a pagar a 16.000 millones de dólares (14.630 millones de euros) al fondo Buford Capital y el estado apeló. YPF vale ahora mucho menos de lo que valía cuando fue expropiada .
Tanto es así, que pese a los recursos naturales de los que dispone Argentina, y de esta compañía, que llegó a tener una integración real en mercados de todo el mundo, los argentinos han tenido que hacer colas kilométricas en las gasolineras para intentar llenar el depósito. Sufren eventualmente periodos de gran escasez de combustible, fruto de la intervención de los precios por parte del Gobierno.
Así, anuncios como el que ha hecho Javier Milei sobre su intención de privatizar compañías como YPF ha hecho que ésta se dispare en bolsa. El mercado reconoce el potencial de los yacimientos bajo control de YPF en manos privadas.
Tanto es así, que las acciones de YPF que cotizan en el mercado norteamericano se disparaban ayer un 40% tras el anuncio de Milei. El presidente electo tiene intención de sanear la compañía y ponerla a la venta para que sea el capital privado y las reglas del mercado las que operen en beneficio de la compañía y también del país.
Las expectativas que se están creando sobre las posibilidades del país son enormes y sólo el cambio de Gobierno ha despertado el hambre inversor, conocedor de las potencialidades del país y sus empresas y las posibilidades que la entrada del libre mercado pueden ofrecer a una economía todavía devastada.