La socialista Elma Saiz ya tiene su cartera de ministra de Seguridad Social (también contiene Inclusión y Migraciones). Se la entregó ayer martes el ministro saliente, José Luis Escrivá, que pasa a comandar un nuevo ministerio que creado por Pedro Sánchez: el de Transformación Digital.
Aunque con este movimiento pudiera parecer que Escrivá queda relegado a un área de menor relevancia, la realidad es bien distinta porque Sánchez estaría cocinando un premio para el socialista. Y es que, si Nadia Calviño (todavía al frente de Economía) logra hacerse con su deseado puesto en el Banco Europeo de Inversiones (BEI), el líder del PSOE convertirá a Escrivá en su superministro económico adjudicándole todos los poderes de Calviño.
De nada de esto habló ayer Escrivá en el acto de entrega de poderes. El ministro dedicó su discurso a repasar lo que él considera sus grandes logros dentro de esta "legislatura compleja". Escrivá sacó pecho de haber creado el Ingreso Mínimo Vital (IMV), de la imposición de la revalorización de las pensiones al IPC, del cambio de cotización del régimen de los autónomos, que obliga ya este año a los trabajadores por cuenta propia a cotizar por los ingresos reales, y de volver a llenar la "hucha de las pensiones".
Eso sí, a Escrivá se le olvidó mencionar que esa "hucha" aumentará sus fondos debido a la subida de cotizaciones a todos trabajadores y empresas que ha estrenado el 1 de enero de este año y que aumentará todavía más en los próximos. Escrivá aseguró que el sistema de pensiones públicas es "absolutamente sostenible", aunque desde antes de que él llegara, los ingresos ya no son suficientes para afrontar los gastos y el Estado tiene que hacer constantes transferencias al sistema. También obvió que deja la Seguridad Social con una deuda de más de 106.000 millones de euros.
Una desconocida en el área económica nacional
El ministro saliente también dedicó unas palabras a su sustituta, Elma Saiz, a quien contó que conoció cuando era presidente de la Airef y ella ostentaba el cargo de Consejera de Hacienda de Navarra en el Gobierno de María Chivite (PSOE). Aunque se trata de una completa desconocida en el área económica nacional, Escrivá considera a Saiz "un perfil extraordinario" para el puesto. Al frente de la consejería de Hacienda, Saiz ha aprobado varios Presupuestos con EH Bildu.
A la toma de posesión de la nueva ministra acudió, precisamente, María Chivite, que no dudó en disfrutar del acto desde el escenario y junto a otras personalidades relevantes, como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Saiz le dedicó varios elogios a su "mentora" y "amiga" Chivite y prometió dedicar la Seguridad Social a "mejorar la vida de las personas" y a contribuir a una sociedad más "inclusiva" y "cohesionada". También apostó por el "diálogo social" o por seguir "garantizando el poder adquisitivo" de los pensionistas, sin embargo, obvió la urgente necesidad de equilibrar las cuentas del sistema.
Regalar lo mejor de las pensiones al País Vasco
Del discurso de Saiz en su toma de posesión se atisba que la nueva ministra va a llevar a cabo una labor continuista del legado de Escrivá. A diferencia de los cambios efectuados por el socialista (que, por ejemplo, ha aprobado una reforma de las pensiones que no contempla una sola disminución del gasto para reducir el agujero del Estado y sólo se decanta por subir los impuestos), no parece que su sucesora tenga entre manos grandes planes.
Eso sí, el gran reto al que tendrá que enfrentarse Saiz, y del que no ha hablado en su discurso, pero sí con la prensa después, será la transferencia de la gestión de la Seguridad Social al País Vasco en el plazo máximo de dos años.
A condición de ser investido presidente del Gobierno, Sánchez ha pactado con el PNV regalarle al País Vasco la gestión del régimen de la Seguridad Social. Aunque la fórmula de este acuerdo está todavía por determinar, lo que está claro es que las pensiones de los ciudadanos vascos las va a seguir soportando el Estado gracias a los impuestos y a las cotizaciones de todos los trabajadores del país. Es decir, no se romperá la famosa "caja única". Así lo ha reconocido la propia Saiz. "No contemplo ruptura alguna de la caja única de la Seguridad Social, para nada", dijo.
Que el País Vasco se haga con la "gestión" de la Seguridad Social va a resultar la mejor estrategia de marketing para este territorio y a coste cero. Como ya explicó Domingo Soriano en Libre Mercado, lo que quiere el Gobierno vasco es quedarse con los funcionarios y que aparezca el sello de su Ejecutivo en los sobres y en el sistema telemático al que acceden los pensionistas vascos, pero no pagar pagar realmente esas rentas. Es decir, que parezca que paga el País Vasco, pero que siga abonando las prestaciones el de siempre: el Estado.
La razón de que el PNV sea el primero que no quiere romper esa "caja única" es muy sencilla: la población del País Vasco es una de las más envejecidas del país y sus pensiones las más generosas, por lo que esta autonomía tendría graves problemas para pagar estas prestaciones. Será Saiz la encargada de ejecutar este plan, donde también será más fácil que beneficie de igual manera a Navarra por cuestiones obvias.