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España empuja a la UE a la expulsión de otra fuente de energía: el gas natural deberá dejar paso a los gases renovables

Atendiendo a la invasión de Rusia a Ucrania, entre otras cosas, la presidencia española de la UE pretende impulsar la adopción de gases renovables.

Atendiendo a la invasión de Rusia a Ucrania, entre otras cosas, la presidencia española de la UE pretende impulsar la adopción de gases renovables.
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La presidencia española del Consejo de la UE está sirviendo para acelerar la eliminación de otra fuente de energía más: el gas natural. La presidencia de turno de Pedro Sánchez está logrando impulsar en el Parlamento Europeo "planes para facilitar la adopción de gases renovables y con bajas emisiones de carbono, incluido el hidrógeno, en el mercado de gas de la UE". Pero esos gases irán sustituyendo a otro ya implantado: el gas natural, justo en el que España es una potencia mundial en materia de regasificación.

La presidencia española —de turno—de la UE está impulsando una nueva directiva cuyo objetivo es, una vez más, el de "descarbonizar el sector energético de la UE aumentando la producción de gases renovables e hidrógeno y facilitando su integración en las redes energéticas de la UE". Todo ello "ayudará a asegurar el suministro de energía, con el fin de abordar tanto el cambio climático como la interrupción de los flujos de gas causados por la agresión rusa a Ucrania", añade la documentación oficial.

Lo cierto es que se trata de un plan de sustitución del agujero dejado en el flujo de gas natural, especialmente tras la invasión de Rusia a Ucrania, para cubrirlo con gases denominados renovables. "Esto permitirá que los combustibles fósiles se eliminasen gradualmente de la industria, asegurando la competitividad europea y preservando los puestos de trabajo en una economía sostenible", señala Bruselas.

"El paquete legislativo" debe reflejar "las crecientes ambiciones climáticas de la UE, como se establece en el Acuerdo Verde Europeo y su paquete "Fit for 55". La directiva actualizada tiene como objetivo descarbonizar el sector energético e incluye disposiciones sobre los derechos de los consumidores, los operadores de sistemas de transmisión y distribución, el acceso de terceros y la planificación integrada de la red, y las autoridades reguladoras independientes", explican desde la UE.

Hay que recordar que, mientras, la Comisión trabaja también para establecer "acciones inmediatas para apoyar a la industria europea de la energía eólica". La UE quiere alcanzar el objetivo "de, al menos, un 42,5% de energía renovable para 2030, con la ambición de alcanzar el 45% de energías renovables" en el mismo periodo de tiempo. Bruselas sigue elevando, de este modo, sus aspiraciones verdes y adelanta ya que es consciente de que ese plan "requerirá de un aumento masivo de la capacidad instalada por energía eólica con un crecimiento esperado de 204 GW en 2022 y más de 500 GW en 2030".

Para la Comisión Europea, "la energía eólica es ya una historia de éxito en la UE", pero quiere más. Según Bruselas, sigue habiendo "una demanda insuficiente e incierta, permisos lentos y complejos, falta de acceso a las materias primas, alta inflación y precios de los productos básicos, diseño poco favorable de las licitaciones nacionales, aumento de la presión de los competidores internacionales y riesgos sobre la disponibilidad de una mano de obra calificada". Y la UE quiere soluciones también a todo ello.

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