España baja tres puestos y se sitúa en el puesto 31 del Ranking IMD de Competitividad Digital 2023. Aunque el gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado que dedicará la tercera parte de los "fondos europeos" a impulsar la digitalización de la economía (es decir, un total de 28.000 millones de euros), lo cierto es que los resultados que cosecha nuestro país en este ámbito están cada vez peor y nos sitúan en la zona media de un ranking que abarca un total de 64 economías.
El estudio de IMD coloca en primera posición a Estados Unidos (100 puntos), seguido de Países Bajos (98,1), Singapur (97,4), Dinamarca (96,9), Suiza (96,2), Corea del Sur (94,8), Suecia (94,1), Finlandia (94,1), Taiwán (93,7) y Hong Kong (93,6%). El "top veinte" incluye también a Canadá (91,9), Emiratos Árabes Unidos (88,9), Israel (87,7), Noruega (85,9), Bélgica (86,9), Australia (85,3), Islandia (84,9), Estonia (84,8), China (84,4) y Reino Unido (83,1).
Entre las posiciones 21 y 30 nos topamos con Irlanda (81,5), Austria (81,1), Alemania (80,9), República Checa (79,4), Nueva Zelanda (79,1), Luxemburgo (78,7), Francia (78,7), Lituania (77,2), Catar (77) y Arabia Saudí (76,9). A continuación figura España, que ha caído al puesto 31 coincidiendo con la decisión de Pedro Sánchez de inyectar la tercera parte de los "fondos europeos" (es decir, el 33% de 84.000 millones) en iniciativas orientadas a la "digitalización" de la economía. El resultado que cosecha España nos coloca a la altura de Malasia (75,3), Kazajistán (71,8) o Tailandia (70,5).
Una de las variables que dependen más directamente del gobierno es la referida a la facilidad para abrir un negocio. En 2019, España aparecía en el número 34 de dicho subíndice… pero nuestro país ha caído al puesto 38 en la edición del informe para 2023. Si desagregamos estos resultados, encontramos que España sale especialmente mal parada en lo referido a la facilidad para abrir un negocio (puesto 41) o la legislación aplicable a la investigación científica (puesto 54).
Otros aspectos que también resultan preocupantes son los referidos a las actitudes que muestra la población española en relación con la globalización (puesto 34) o el miedo al fracaso que confiesan numerosos emprendedores asustados por la dificultad de abrirse paso en una economía que no está funcionando como debería (puesto 42). También estamos muy mal parados en la medición referida al uso de big data y analítica (puesto 58) o en otras categorías como la transferencia de conocimiento (puesto 44), la ciberseguridad (puesto 41), los datos de la alta tecnología referidos a exportaciones (puesto 43) o patentes (puesto 40) o el número de graduados en ciencias (puesto 43).
Resulta llamativo que los datos de España evolucionen a peor ahora que el gobierno consigna 28.000 millones de euros de los "fondos europeos" a proyectos de digitalización. Esto vendría a confirmar los temores de numerosos analistas e instituciones que advirtieron de los planteamientos clientelares con el que se estaban asignando estos recursos comunitarios y señalaron que las iniciativas financiadas no servirán para aumentar el crecimiento de España.