La eficiencia energética se define como la capacidad que tiene cualquier persona particular o empresa de satisfacer sus necesidades y obtener los mejores resultados empleando la menor cantidad de energía posible. Se trata de un concepto directamente relacionado con la sostenibilidad, el medioambiente y, por supuesto, la economía.
De hecho, la eficiencia energética en las empresas es especialmente importante, ya que son las PYMES las que realizan un mayor consumo. Pero ¿qué puede hacerse para mejorarla en un momento en el que los precios están en cifras difíciles de asumir?
Seguir una serie de buenas prácticas
Mejorar la eficiencia energética de las empresas no es tan difícil como podría parecer a simple vista. En cualquiera de ellas hay acciones que se pueden cambiar para, por ejemplo, reducir su consumo de electricidad.
Apagar los dispositivos electrónicos por la noche en lugar de dejarlos en stand-by es una sencilla acción que puede ahorrar cientos de euros anuales. Lo mismo sucede si se ajustan los aparatos de aire acondicionado a las temperaturas de confort (entre 25 y 28 grados en verano y entre 19 y 22 grados en invierno) o si se prioriza la luz natural por encima de la artificial, incluso aunque se haya invertido en sustituir las lámparas convencionales por LED.
Cerrar bien las puertas y las ventanas cuando estén encendidos los sistemas de climatización y comprar equipos con certificados de eficiencia energética siempre que toque sustituir los antiguos son otras decisiones acertadas en este sentido. Eso sí, también hay que realizar un seguimiento exhaustivo del consumo, para lo cual es muy útil un contador inteligente.
Por ello, es importante que todos los que formen parte de la empresa sean formados en materia de eficiencia energética. Y esto concierne tanto a los trabajadores como a los encargados y directivos. Solo con la colaboración de todos ellos será posible reducir al mínimo el consumo sin que se resientan los procesos operativos.
Elegir la mejor tarifa
Evidentemente, cada negocio tiene una serie de necesidades específicas. Este es el motivo por el que los proveedores de energía ofrecen diferentes tarifas de luz para empresas. A muchas personas puede costarles decantarse por una en concreto, por lo que nunca está de más depositar la confianza en un asesor.
No hay que tener miedo a cambiar de compañía si se considera que el precio de luz para empresas ofrecido es demasiado alto. Eso sí, conviene revisar siempre la letra pequeña. Cuanto más clara sea la compañía a la hora de ofrecer sus servicios, mejor. Es conveniente también que no fije ningún período de permanencia ni sanciones por incumplir el contrato.
Así de sencillo. Teniendo en cuenta todos estos aspectos, cualquier PYME puede reducir su gasto en electricidad y seguir proporcionando productos y servicios de calidad a sus clientes. Es decir, tiene al alcance de su mano alcanzar el objetivo de ser lo más eficiente posible en términos energéticos.