Cuando Cristiano Ronaldo salió del Real Madrid y puso rumbo a Italia para jugar en la Juventus, pocos observadores repararon en la lógica fiscal que se escondía bajo esta sorprendente decisión deportiva. Como explicó Libre Mercado, el astro luso no cambió de residencia sin más, sino que lo hizo acogiéndose a un régimen especial que redujo sustancialmente su factura tributaria.
La clave está en una ley que permite pagar un máximo de 100.000 euros al año en concepto de las rentas internacionales obtenidas por conceptos como los derechos de imagen. La medida entró en vigor en 2017 y lleva aparejada su aplicación por un periodo de quince años. Cristiano Ronaldo percibía entonces alrededor de 120 millones de dólares de ingresos anuales, el grueso de los cuales provenían precisamente de fuentes internacionales facturas por la venta de sus derechos de imagen. Por lo tanto, su mudanza al país transalpino le supuso pagar una cantidad simbólica de impuestos sobre dichas rentas. En la práctica, su factura fiscal fue de menos de un 1%...
Marc Cantavella, cofundador de la consultora fiscal Relocate&Save, especializada en tramitar traslados de contribuyentes a jurisdicciones de impuestos bajos, explica a Libre Mercado que este modelo no ha recibido tanta publicidad pero, en los años 2021 y 2022, habilitó la entrada de más de 500 nuevos residentes, todos ellos con grandes patrimonios y/o salarios muy elevados
"De hecho, el sistema diseñado originalmente en Italia ha sido replicado también en Grecia. Como es sabido, el país heleno tiene la necesidad de reducir su deuda pública, crecer lo máximo posible y, en definitiva, darle la vuelta a lo que fueron veinte años desastrosos para su economía. Por eso, están implementando un modelo similar al italiano y, desde hace unos años, cualquier persona que invierta 500.000 euros en el país (sea en el sector inmobiliario, en títulos de deuda pública o comprando participaciones en empresas existentes o de nueva creación) tiene la posibilidad de acogerse a este régimen", señala el fiscalista.
El modelo griego cobra una tarifa plana de 100.000 euros, que se incrementan en 20.000 euros si se desea incluir en este régimen fiscal a otro familiar de primer grado (padres, cónyuges e hijos). La aplicación de estas ventajas se extiende también por 15 años, aunque lleva aparejado un mínimo de 183 días de residencia efectiva en suelo griego. Obviamente, este régimen no es de interés general para personas de ingresos altos, puesto que un pago anual de 100.000 euros supone un desembolso importante, pero se trata de un nivel de tributación muy reducida si pensamos en el caso de contribuyentes millonarios, que están acostumbrados a pagar cifras mucho mayores a la Agencia Tributaria de sus países de origen.
"Hay muchos británicos que se están acogiendo a este modelo porque conocen el país, han veraneado allí a lo largo de los años y ahora, ante el anuncio de este régimen fiscal, han decidido trasladarse allí. También se trata de un mecanismo que ha llamado la atención de personas provenientes de otros países que no forman parte de la Unión Europea, caso de Turquía", explica el cofundador de Relocate&Save.
Cantavella reconoce que, "para los nómadas digitales y los jóvenes profesionales, los destinos de referencia son otros. Estonia tiene un modelo de ciudadanía digital que combina muy bien con un IRPF de tipo único y un Impuesto de Sociedades que exime de tributación los beneficios reinvertidos. Malta y Chipre también brindan ventajas fiscales de especial interés para este tipo de personas, motivo por el cual se han convertido en destinos muy deseados por aquellos que desean vivir en países con buen clima e impuestos bajos, pero sin salir de la Unión Europea".
Portugal acostumbraba a figurar en esa misma categoría, pero los cambios que ha anunciado el gobierno saliente del ex primer ministro António Costa amenazan con alterar esta situación. No obstante, "es importante recalcar que hay otros modelos interesantes en el Sur de Europa. Por ejemplo, en Italia y Grecia hay distintos descuentos fiscales que permiten tributar un tipo fijo del 7% a quienes se trasladan a estos países."
El modelo italiano y la réplica griega
El modelo italiano que comenta Cantavella echó a andar en 2019 y se habilita para todas aquellas personas que no hayan vivido en Italia en los cinco últimos años pero opten por trasladarse al país transalpino y, una vez en el mismo, fijen su residencia en localidades de menos de 20.000 habitantes ubicadas en ocho regiones del país (a saber, Abruzzo, Apulia, Basilicata, Calabria, Campania, Cerdeña, Molise y Sicilia) o en pueblos de menos de 3.000 personas que estén en las citadas ocho regiones o en las demarcaciones de Umbría, Lazio y Le Marche.
Grecia también ha explorado este tipo de ventajas fiscales, en su caso con un sistema centrado en atraer a pensionistas de otros países. El monto exigido a estos nuevos residentes se reduce al 7% y se aplica sobre todas sus rentas, no solamente las provenientes de la jubilación. El modelo también se extiende por un periodo de quince años.