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España necesita dinamizar el ahorro complementario para la jubilación: "Estamos trabajando para nuestros nietos"

El ejecutivo, con sus reformas, incentivó los planes simplificados de empleo, a costa de empeorar los planes individuales.

El ejecutivo, con sus reformas, incentivó los planes simplificados de empleo, a costa de empeorar los planes individuales.

La falta de cultura financiera sigue siendo un problema capital en España y una de sus consecuencias más preocupantes es el de la falta de ahorro complementario para la jubilación con un sistema público que promete reducir de forma notable la tasa de sustitución de las pensiones. Esto es: si actualmente esa tasa refleja que las pensiones pagan de media un 80% del último sueldo percibido, todo apunta a que poco a poco iremos acercándonos a la media de la OCDE, más cerca del 50%.

Es decir, que si ya estamos obligados a ahorrar e invertir para evitar la pérdida de poder adquisitivo cuando lleguemos al momento de la jubilación, esta obligación es todavía mayor a tenor de la evolución prevista del sistema público de pensiones o primer pilar de previsión social para la jubilación.

En el grupo Libertad Digital, y con el inestimable apoyo de Ibercaja Pensión, hemos vuelto a montar un panel de expertos de primer nivel para analizar la situación actual, buscando no sólo el diagnóstico de la situación que tenemos, sino también una evaluación de las soluciones que a la situación actual ha buscado la industria.

En el evento contamos con José Carlos Vizárraga, director general de Ibercaja Pensión, también con Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco, Álvaro Granado, director del área fiscal de pensiones de KPMG y Gregorio Gil de Rozas, director de pensiones de WTW (Willis Towers Watson).

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Hay que tener en cuenta que el Gobierno ha cambiado en los últimos años la legislación reduciendo de una manera muy notable los planes individuales de pensiones (tercer pilar) pasando de un límite de aportaciones de 8.000 euros a 1.500 en favor de los planes de pensiones de empresa, que, sin embargo, no han terminado de diseñar o definir. Este desequilibrio ha terminado provocando una fortísima caída en las aportaciones de los españoles a sus planes de previsión complementaria para el momento del retiro.

En los últimos 3 años, las aportaciones de los autónomos a los planes de pensiones han caído un 70%. En total, en los planes individuales estas caídas han sido del 32%. Además, los planes de empleo, el producto que el Ejecutivo quería impulsar sólo lo disfrutan 1 de cada diez empleados españoles.

Todos los ponentes coincidían en que las fuertes caídas de aportaciones registradas en los últimos años a los planes de pensiones se deben, en parte, a la fuerte reducción en los límites de las aportaciones a los planes individuales mientras que no han terminado de desarrollar los planes de empleo, lo que hace que, como advertía el presidente de Inverco, Ángel Martínez Aldama "los planes de empleo sólo lleguen al 10% de los trabajadores en España".

Por su parte, José Carlos Vizárraga destacaba cómo desde la industria están pidiendo que se mantenga y se potencia el tercer pilar (los planes individuales), porque todavía siguen siendo una oportunidad, sobre todo para los más jóvenes. Sigue siendo un producto muy atractivo apto y necesario para la previsión social complementaria aunque, como decía, esperan que en algún momento revierta la situación.

Vizárraga lamentaba que "han intentado hacer de los planes de empleo el paradigma a base de quitarle todos los beneficios a algo que en España, en contra de Europa, se había desarrollado muy bien, que eran los planes del sistema individual".

Por su parte, Gregorio Gil de Rozas, director de pensiones de WTW, incidía en los datos que arrojan las reformas puestas en marcha por el ejecutivo: "Hoy tenemos menos previsión social complementaria que antes de la reforma. No ha cuajado en fondos acumulados superiores, y eso es así fundamentalmente porque las aportaciones a los planes de pensiones individuales han caído".

En este sentido Gil de Rozas apostaba porque los agentes sociales conozcan "las bondades de esta nueva reforma y de cómo implementar los planes de empleo simplificado" y que así se pueda modernizar y enriquecer la negociación colectiva.

Álvaro Granado, director del Área Fiscal de Pensiones KPMG Abogados, insistía en que el problema llegaba por haber potenciado el segundo pilar de las pensiones, los planes de empresa, a costa del tercero, los planes individuales. "Esto está penalizando el sistema de ahorro colectivo", decía y ponía el dedo en la llaga: el problema es que las empresas, "por el hecho de que la primera parte de la reforma de la seguridad social les ha incrementado los costes laborales por la subida en las cotizaciones sociales, hace que sea difícil que ahora ellas mismas puedan poner en marcha planes de jubilación".

Soluciones

Identificado el problema y las consecuencias de la regulación actual, durante el evento, preguntamos a los expertos por las medidas que ayudarían a paliar estos problemas y revertir las cifras.

Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco insistía en la necesidad de dar cumplimiento a la Ley que lleva en vigor desde 2011 y que obliga a la Administración a informar a los ciudadanos para saber cuál va a ser su situación económica en el futuro, remitiéndoles informes periódicamente sobre cómo quedaría su pensión en el futuro en función de lo que estén cotizando. Algo que debería hacer el Gobierno pero que no hace y sólo se limita a poner a disposición de los contribuyentes la mencionada información sobre su futura pensión.

El conocimiento es poder, y así lo piensa Martínez Aldama quien considera además que el Gobierno debería hacer un esfuerzo adicional en comunicar los detalles de las reformas. Entrando en el terreno de los deseos, también confía en que se reviertan los límites actuales en los sistemas individuales, al menos que igualen a los límites de los planes de empresa cuando los trabajadores no posean uno.

Desde el sector, José Carlos Vizárraga, director general de Ibercaja Pensión, "pediría a la Administración que nos ayuden a lanzar mensajes positivos para que todos, empresas y trabajadores, apoyen estos sistemas de empleo, lo vean como un canal de ahorro, un trabajo para nuestros nietos, para que con esas pequeñas aportaciones constituyan un ahorro complementario. Nos tienen que reforzar." Y por otro lado, "que los beneficios fiscales que ya nos quitaron" se puedan revertir e incluso, apuntaba a la posibilidad de que el propio estado apoyara con una parte a los planes de empleo de las empresas.

Gregorio Gil de Rozas, director de pensiones de WTW y el director del área fiscal de pensiones de KPMG, Álvaro Granado, insistieron también en la necesidad de expandir el conocimiento sobre el funcionamiento de los nuevos planes simplificados de empleo y en el incremento de los incentivos.

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