Por mucho que se empeñen la Unión Europea y el Gobierno de Pedro Sánchez en imponer el coche eléctrico, lo cierto es que la mayoría de los españoles que deciden adquirir un nuevo vehículo, apuestan mayoritariamente por la gasolina y el diésel. Según las cifras de matriculaciones del 2023, por cada turismo eléctrico, se vendieron 17 con motor de combustión o sistema híbrido.
El año pasado se matricularon en España 949.359 turismos, de los que sólo 51.614 eran eléctricos. Y aunque las matriculaciones de este tipo de vehículos han subido un 69% con respecto al año pasado, por el momento sólo suponen un 5,4% del mercado.
Por su parte, la matriculación de coches de gasolina subió un 13,7% hasta las 387.749 unidades (un 40,8% del mercado). Las restricciones medioambientales y la implantación de zonas de bajas emisiones en las ciudades han desincentivado la venta de vehículos diésel, por lo que las matriculaciones bajaron un 15% en 2023 con 118.646 unidades vendidas (12,5% del mercado).
Los híbridos no enchufables sumaron el 31,9% del total de matriculaciones (302.842 unidades) con un crecimiento del 26,3% con respecto al año 2022, mientras que los enchufables aumentaron un 30% con 62.162 unidades matriculadas (un 6,54% del total).
Los vehículos a gas (GLP, GNC o GNL) elevaron sus matriculaciones un 76,4%, hasta 26.335 (2,77 % del total).
¿Por qué no se venden más coches eléctricos?
La agenda ideológica del Gobierno reflejada en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima tiene como objetivo contar con 5,5 millones de vehículos electrificados circulando en 2030. Sin embargo, actualmente apenas hay 465.000 vehículos eléctricos o híbridos en el país. Otro de los objetivo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia pretendía alcanzar los 100.000 puntos de recarga públicos para este pasado 2023. Ahora mismo hay algo menos de 30.000.
Y aunque el presidente Pedro Sánchez haya insistido en que todos los españoles deben tener un coche eléctrico, ni él ni ninguno de sus ministros se aplica el cuento, tanto a nivel privado como a nivel público. De hecho, el Gobierno compró en enero de 2022 una flota de 100 coches eléctricos que a día de hoy no utilizan ni el presidente ni sus ministros.
Los motivos de que la venta de eléctricos avance al ralentí en nuestro país son de sobra conocidos: su escasa autonomía, la falta de puntos de recarga y la desconfianza del consumidor, además de su elevado precio.
Y mientras el consumidor y el mercado siguen llevando la contraria a la agenda ideológica impuesta desde Bruselas, el Gobierno ha prorrogado hasta el 31 de julio el plan Moves III, que ofrece ayudas de hasta 7.000 euros en la compra de coches electrificados (9.000 euros en el caso de furgonetas).