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El salario real de los españoles se hunde 615 euros con Sánchez

La subida de los precios ha sido dos veces más intensa en España que en la OCDE. El IPC acumula un repunte del 17,3% con Sánchez.

La subida de los precios ha sido dos veces más intensa en España que en la OCDE. El IPC acumula un repunte del 17,3% con Sánchez.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez. | EFE

El Instituto Juan de Mariana ha lanzado un revelador informe que pone al descubierto las secuelas económicas que está dejando la inflación en los bolsillos de los españoles. Durante el mandato de Pedro Sánchez, la pérdida de poder adquisitivo que ha sufrido el ciudadano medio ha sido desgarradora, con un descenso de su salario de 615 euros en términos reales, merma que sería de 1.230 euros en el caso de una familia donde ambos adultos perciben el salario promedio.

Estamos frente a una realidad económica donde el salario no solo se estanca en términos reales, sino que retrocede una vez se considera el poder adquisitivo resultante. Esto golpea directamente la calidad de vida de las familias españolas. En este sentido, el informe del IJM destaca un dato impactante: la subida anual del Índice de Precios al Consumo (IPC) ha sido casi tres veces más intensa bajo el gobierno actual, alcanzando un 2,8%, en comparación con el 1% de los años de gestión del Mariano Rajoy. En términos agregados, el IPC acumula un repunte del 17,3% con Sánchez, frente al 7,2% observado en los años del PP.

Además, España se encuentra en una posición muy negativa en comparación con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La caída de los salarios en nuestro país ha sido del 3,6%, dos veces más intensa que en la OCDE, donde se produce un descenso del 1,9%, lo que evidencia el ensanchamiento de la brecha de renta que nos separa de los países ricos.

Sucede lo mismo con Europa. Si España hubiese mantenido el diferencial de renta que teníamos con la UE cuando Pedro Sánchez llegó al poder, nuestro salario sería hoy 3.441 euros mayor. Lamentablemente, si en 2018 estábamos un 8,7% por debajo de los niveles retributivos observados en el resto de Europa, en 2023 vemos que este diferencial negativo casi se ha duplicado y llega ya al 14,4%.

Debido a la crisis de inflación, el español medio se encuentra atrapado en una espiral de gastos crecientes. Igualar el consumo de 2018 en 2023 implica gastar 2.275 euros adicionales. De hecho, los españoles gastaron en 2023 unos 1.696 euros más que en 2018, pero los bienes que adquirieron habrían costado 579 euros menos en el momento en que Sánchez llegó al poder.

La alimentación, uno de los pilares esenciales del presupuesto familiar, sobre todo en el caso de las rentas medias y bajas, no escapa a este vendaval inflacionario. El 93% del aumento de los gastos familiares se atribuye a la escalada de precios, no a la adquisición de más productos. Comprar en el supermercado en 2023 lo mismo que en 2018 cuesta ahora un 35% más, evidenciando la cruel realidad que enfrentan los consumidores.

Además de afectar directamente a los ingresos de las familias, la inflación erosiona la riqueza acumulada por los hogares españoles. Los depósitos se han reducido en 28.500 millones, conforme las familias reducen su ahorro para hacer frente a unos gastos crecientes, mientras que el valor real del dinero almacenado se ha erosionado en 32.000 millones, debido a su pérdida de valor por la inflación.

En el mismo sentido, la decisión del gobierno de no ajustar los impuestos para contrarrestar la inflación golpea con fuerza a los contribuyentes. Así, el Instituto Juan de Mariana calcula que el sobreesfuerzo fiscal de 2022 y 2023 acumula ya 25.000 millones, cifra que equivale aproximadamente 1.315 euros por hogar, un dato que refleja la carga tributaria adicional que los ciudadanos están soportando.

El análisis comparado de políticas fiscales y monetarias explica el rumbo divergente de la inflación bajo gobiernos de PSOE y PP. Mientras que Rajoy adoptó la Ley de Desindexación, redujo el déficit y el gasto público y desligó las pensiones del IPC, Sánchez volvió a tomar la inflación como anclaje para los contratos públicos y la Seguridad Social y aumentó el déficit y el gasto de las Administraciones. En cuanto al Banco Central Europeo, la etapa de Mario Draghi fue menos expansiva que la de Christine Lagarde. La confluencia de estos diferenciales explica el repunte de precios en la etapa de Sánchez y la evolución más moderada del IPC en los años de Rajoy.

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