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Fedea tumba los tres mayores bulos del gobierno sobre los impuestos, la desigualdad y los ricos

Un demoledor estudio tumba una por una las falacias del Ejecutivo acerca de la fiscalidad, las rentas altas y las diferencias de ingresos.

Un demoledor estudio tumba una por una las falacias del Ejecutivo acerca de la fiscalidad, las rentas altas y las diferencias de ingresos.
Bolaños, Ribera, Yolanda Díaz y María Jesús Montero en el Senado. | EFE

Fedea ha publicado una nueva edición de su "Observatorio sobre el reparto de los impuestos y las prestaciones entre los hogares españoles". En esta entrega, elaborada por los economistas Julio López Laborda, Carmen Marín y Jorge Onrubia, pone de manifiesto el peso de los impuestos y de los subsidios en los ingresos de las familias, diferenciando según su nivel de renta.

Hay una primera conclusión sobre la que merece la pena detenerse: a saber, que la desigualdad de renta apenas ha experimentado cambio alguno desde que gobierna Pedro Sánchez, hasta el punto de que el Coeficiente Gini que mide la brecha existente en los ingresos disponibles de los hogares ha subido de 0,37 a 0,38 desde que gobierna Pedro Sánchez.

De hecho, aunque Sánchez ha disparado los impuestos y los subsidios, lo cierto es que la reducción de la desigualdad propiciada por estas políticas públicas es ahora menor que antaño. Así, si la fiscalidad y las ayudas propiciaban una desigualdad efectiva un 35,3% menor que la observada simplemente a tenor de los niveles de ingresos brutos, esta corrección es ahora del 34,5%.

Lo vemos en el siguiente gráfico:

1-fedea-desigualdad-sube-con-sanchez.png

Otro aspecto relevante que se deriva de la investigación es la limitada capacidad de los impuestos como mecanismo redistributivo para reducir la desigualdad. Aunque el gobierno se escuda en la necesidad de generar una distribución de la renta más homogénea cada vez que reivindica una subida de los impuestos a las rentas altas o las empresas, lo cierto es que la incidencia de la tributación en la reducción de la desigualdad es de apenas un 4%, frente al 96% restante que se atribuye a políticas de gasto como los servicios básicos o las ayudas públicas.

Este hallazgo se puede comprobar en el siguiente recurso, que compara la renta de mercado con la renta neta y revela cómo las prestaciones (monetarias o en especie) son responsables del grueso de la reducción:

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El plato fuerte del informe, eso sí, es el análisis conjunto de los impuestos y prestaciones. Esta perspectiva revela que los hogares pertenecientes a los tres primeros quintiles de renta (es decir, el 60% de la población con menor renta bruta) son, en media, beneficiarios netos de la intervención pública, de modo que, en términos efectivos, no pagan impuestos y son receptores netos de servicios o ayudas. En el caso del primer quintil, hasta el 89% de la renta se obtiene por esta vía, porcentaje que se reduce al 20% en el caso del tercer quintil de la distribución.

En cambio, los hogares cuyos niveles de ingresos están en los dos quintiles superiores (es decir, el 40% de la población con más renta bruta) son, en media, contribuyentes netos, de modo que pagan más impuestos de lo que reciben en concepto de servicios o ayudas. Hay, eso sí, una diferencia notable entre el cuarto quintil, que experimenta una caída efectiva del 2%, y el quinto quintil, para el cual la reducción del ingreso disponible alcanza el 24%.

Los resultados se pueden consultar en el siguiente gráfico:

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Así las cosas, el estudio de Fedea tumba tres mantras de la izquierda que el gobierno usa de forma rutinaria: (1) la desigualdad va a más, y no a menos, bajo gobierno de Sánchez, (2) las subidas de impuestos a los ricos apenas mejoran la situación del resto de la población, y (3) los ricos son quienes soportan el grueso de la carga fiscal y su aportación sostiene la estructura de rentas sobre la que se apoya el 60% de la población.

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