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La UE, en alerta por la decisión de Noruega de explotar el fondo del Ártico

Aunque los ecologistas se oponen a la explotación del fondo marino, varios países toman posiciones ante esta fuente de recursos críticos.

Aunque los ecologistas se oponen a la explotación del fondo marino, varios países toman posiciones ante esta fuente de recursos críticos.
Archipiélago de Svalbard, en Noruega. | Flickr/CC/D-Stanley

A principios de enero, Noruega hizo oficial su intención de comenzar a explotar una nueva fuente de recursos críticos: el fondo del mar. El Parlamento del país aprobó una reforma legal pactada por el gobierno de centroizquierda con varios partidos de la oposición para abrir la puerta a la explotación de un área de 281.000 kilómetros en el mar de Barents y el mar de Groenlandia, en el Océano Ártico.

Según un informe del noruego Directorio General de Petróleo, en la zona hay millones de toneladas de minerales esenciales para la transición verde, como cobre, cinc y cobalto. Ante las reticencias ecologistas expresadas por algunos partidos y asociaciones del país, el acuerdo establece que la explotación deberá ser sostenible y ajustarse a las exigencias ambientales. Además, los proyectos deberán tener el aval del Parlamento.

La decisión confirmaba así el interés de Noruega en la minería submarina, en la que quiere volcar su experiencia en la explotación de gas y petróleo, senda en la que están interesados otros países como Japón o Australia. Entre tanto, aún está pendiente que la Autoridad Internacional de Fondos Marinos (ISA) regule la explotación del fondo del mar en una legislación internacional que servirá de base para otras normativas internacionales: decenas de países, entre ellos, España, reclaman una moratoria alegando que se desconoce el impacto que podría tener en los ecosistemas.

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Robot diseñado para la extracción de recursos submarinos explorando un área del Pacífico | The Metals Company

La UE ‘riñe’ a Noruega

En esa tesis se ha alineado este martes el Parlamento Europeo, que en una resolución aprobada por 523 votos a favor, ha expresado su "preocupación" por la decisión de Noruega y la posibilidad de que se explote comercialmente el fondo marino del Ártico. El texto aprobado apoya una moratoria internacional sobre la minería submarina hasta haber estudiado su impacto y reclaman a países no pertenecientes a la UE que respeten el principio de precaución y se abstengan de impulsarla.

La resolución señala que el área afectada, entre la isla de Jan Mayen hasta el archipiélago de Svalbard, en la plataforma continental extendida de Noruega, podría afectar intereses pesqueros de varios países, también europeos, y reclaman la protección de las aguas árticas ante los posibles efectos negativos en caladeros en los que faena la UE. Llaman a "intercambiar conocimientos científicos sobre el fondo marino y el manejo sostenible de los océanos" desde una "política de materias primas" basada en la "eficiencia, el reciclaje" y la "reducción de la demanda".

El nuevo proyecto chino

Lo cierto es que la decisión de Noruega da el pistoletazo de salida a una actividad que, según los expertos, se disparará en los próximos años ante el previsible aumento de la demanda de recursos críticos. Mientras grupos ecologistas presionan para retrasar lo más posible esta minería, que serviría paradójicamente para extraer los materiales imprescindibles para las energías verdes, varias compañías trabajan en las tecnologías y los robots que harían posible la obtención de recursos a gran profundidad. En paralelo, crece el interés por las posibilidades de una de las zonas más desconocidas del planeta: hace unos días fue noticia la presentación por parte de China de un buque de perforación submarina capaz de penetrar más que ningún otro en el manto terrestre: hasta once kilómetros medidos desde la superficie, según publicaron medios del país.

El Mengxiang se uniría así a las investigaciones impulsadas desde hace décadas por EEUU y Japón sobre las capas de la Tierra. Como explica a LD Manuel Regueiro, presidente del Colegio Oficial de Geólogos, es más fácil acceder al manto terrestre desde la corteza oceánica que desde la continental, "donde se engrosa". Y aunque apunta que "alcanzar el manto es un objetivo científico de primera magnitud", el científico también vincula la noticia al creciente interés en los recursos del fondo marino ante las dificultades para explotarlos en la superficie. Regueiro recuerda al respecto cómo los ciudadanos no se dan cuenta de la cantidad de recursos críticos que "se usan en su vida cotidiana" y lamenta "el cinismo social" existente en Europa en torno al origen de esos materiales.

Los recursos españoles

El geólogo señala cómo también hay zonas de la plataforma continental española muy ricas en recursos críticos, recordando las costras de ferromanganeso existentes en el sur de Cádiz y la riqueza de los montes submarinos canarios. Pero por el momento, nuestro país está del lado de los que solicitan una moratoria internacional y grupos ecologistas como Ecologistas en Acción, WWF y Greenpeace han reclamado a Teresa Ribera que lograrlo se convierta en una de las prioridades de la agenda medioambiental española en 2024.

Entre tanto, España sigue pendiente de la decisión de la ONU sobre sus peticiones de ampliación de la plataforma continental en el Cantábrico, Galicia y Canarias, donde sus intereses chocan contra Marruecos y donde está en disputa el monte Tropic, perteneciente a la cordillera submarina que rodea el archipiélago, muy rica en cobalto, níquel y tierras raras. Un reciente estudio publicado en Marine Geology, liderado por el Instituto Geológico y Minero de España, estima que las costras de ferromanganeso de estos montes submarinos podrían contar con hasta 130 toneladas por kilómetro cuadrado. En ellas habría, además, 4.000 veces más telurio y 500 más cobalto que en la corteza terrestre.

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