Mientras aún quedan años para que la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU decida sobre el Tropic y el resto de territorio submarino próximo a Canarias que reclama España y que ambiciona Marruecos, ya está en marcha el proceso para decidir sobre otra petición española: una extensión de unos 50.000 kilómetros cuadrados al oeste de Galicia. El organismo ya ha celebrado cinco reuniones con la delegación española y está previsto otra este mismo mes. Si a España se le concede esta ampliación de su plataforma continental hasta las 350 millas en esa zona del Atlántico, tendrá potestad para explotar los fondos marinos y el subsuelo, o bien para evitar que terceros países lo hagan.
Las peticiones de España para extender su territorio por el mar, emprendidas entre 2006 y 2015, y de otras decenas de países, coinciden con un momento en el que la riqueza en minerales críticos en los fondos marinos está suscitando una creciente atención ante una demanda que se va a multiplicar en los próximos años por tratarse de materiales indispensables para la tecnología y las energías verdes.
Son conocidas las riquezas que albergan las montañas submarinas de Canarias, como el Tropic, situado en el territorio reclamado España. La zona, que ha sido objeto de varias expediciones científicas, es rica en telurio, tierras raras, cobalto, níquel y platino, entre otros elementos. Tanto el Tropic como otros montes similares de la zona, las "abuelas" de Canarias, han ido acumulando en su superficie costras de hierro manganeso ricas en minerales y nódulos polimetálicos a lo largo de millones de años. Su extraordinaria antigüedad, destacan los expertos, las hace "muy singulares en el mundo".
En cuanto al territorio situado al oeste de Galicia, también es rico en "recursos energéticos", explica a LD Francisco Javier González, investigador en Geología Aplicada a los Recursos Marinos del Instituto Geológico y Minero (IGME). Cita "potenciales depósitos de gas y petróleo en las zonas profundas" así como otros depósitos minerales en llanuras abisales y montes submarinos como el "monte de Galicia, situado a 200 millas de Vigo y que contiene depósitos de costras de hierro-manganeso, fosforitas y nódulos polimetálicos".
Existen, cuenta, "otros recursos en zonas más cercanas a la costa", en la zona de "plataforma de Pontevedra y Coruña", con fosforitas, depósitos ricos en fósforo y fosfatos. Mientras, en una zona ya muy próxima a las playas, desde tierra firme a 25 o 50 metros mar adentro, "hay placeres de minerales como titanio, tierras raras o estaño".
Conocer cuál es la riqueza de las costas y el fondo marino puede servir, explica González, para acumular información y mejorar la "gestión y planificación del espacio marino y medio ambiental" y estar preparados para un hipotético futuro en que llegue a explotarse el fondo del mar. La UE está impulsando varios proyectos destinados a cartografiar "todos los depósitos minerales en los mares europeos" que han contado con la participación de países como España, como el proyecto GeoEra-Mindesea y GSEU. Ahora, científicos españoles a través del IGME están inmersos en un nuevo proyecto europeo en las Rías Bajas que tiene como fin mejorar la cartografía de minerales en zonas de costa.
Un "laboratorio" para futuras explotaciones
González señala que no cree que en Galicia lleguen a explotarse estos minerales en un futuro por la importancia de actividades económicas como la pesca y el turismo. "Pero otras zonas sí se podrían explotar", explica, y los modelos y estudios desarrollados en unas zonas pueden servir "como laboratorio" para otras.
En este y otros proyectos el objetivo, añade González, es "explorar y monitorizar", generar "bases de conocimiento" que puedan utilizarse "en caso de explotación futura", para decidir qué áreas hay que proteger y cuáles son susceptibles de ser explotadas, y "controlar los impactos medioambientales". "Hay que estar preparados", resume sobre el futuro quizás inminente de la minería submarina, con una normativa internacional aún pendiente de aprobación pero ya en el punto de mira de varios países y empresas.
"Si se aprueba, y no tenemos un conocimiento suficiente, podemos explotar cosas que no deberían explotarse y generar un gran daño medioambiental", comenta el geólogo que apunta a la necesidad de combinar las dos vertientes en torno a esta minería: el "interés" en la explotación y "el principio precautoriamente de preservar el medioambiente". Mientras la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) trabaja en la elaboración de la normativa que servirá de base para la minería submarina, plataformas ecologistas están presionando para lograr una moratoria que frene los futuros permisos.