El presidente del Grupo Pamesa, Fernando Roig, ha asegurado este martes que han renunciado a las ayudas que ha dado el Gobierno al sector cerámico porque son "de soluciones y no de subvenciones". A pesar de que la patronal del sector cerámico, Ascer, insiste en la necesidad de convocar nuevas líneas de ayuda, el presidente del mayor grupo cerámico español (y hermano del dueño de Mercadona, Juan Roig) se ha descolgado del discurso oficial y ha señalado: "No creemos en las ayudas".
Las empresas del sector siguen arrastrando en su tesorería el agujero provocado por las "desmesuradas" alzas del precio del gas de 2022, una falta de liquidez que ha impedido la inversión en innovación y nuevas tecnologías, y también ha mermado la capacidad de promoción en los mercados internacionales, con la consiguiente pérdida de competitividad de la industria española.
Son tiempos duros para la industria cerámica. Por eso, la patronal recrimina al Gobierno que las ayudas al sector "no son suficientes ni para compensar el coste sobrevenido por la crisis energética" y pide que se "articule de manera urgente un nuevo paquete de medidas de ayuda".
Sin embargo, para Fernando Roig, esa no es la solución. "Con las subvenciones no se compran más que los favores, no se ayuda absolutamente nada", ha señalado durante la rueda de prensa para ofrecer los datos económicos de Pamesa durante el ejercicio 2023.
En 2022, los beneficios antes de impuestos de Pamesa ascendieron a 72 millones, mientras que el año pasado se redujeron a 21 millones en un año en que logró una facturación consolidada de 1.197 millones de euros en las ventas relacionadas directamente con el sector cerámico en sus tres líneas de negocio (cerámica, energía y materias primas), frente a los 1.508 millones del ejercicio anterior.
Roig también ha anunciado que su empresa ha decidido actualizar los salarios de los trabajadores con el IPC de 2023, lo que supone una subida de un 3,1%. Además, se abonarán los atrasos devengados del ejercicio pasado en la nómina de este mes a todos sus trabajadores pertenecientes al Convenio Colectivo de Sector de Industria de Azulejos, Pavimentos y Baldosas Cerámicas de Comunidad Valenciana, que afecta a unos 200 empleados.
"Esta medida refleja el compromiso del Grupo con sus empleados y su determinación para mantener un ambiente laboral estable y próspero incluso en tiempos desafiantes", ha añadido Roig. "Soy partidario de llegar a acuerdos, pues no me gustan ni las subvenciones ni las huelgas", ha concluido.