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Manuel Fernández Ordóñez

Terraplanistas antinucleares

Uno de los grandes logros de la construcción del discurso antinuclear fue conseguir disfrazarlo de un aura científica.

Uno de los grandes logros de la construcción del discurso antinuclear fue conseguir disfrazarlo de un aura científica.
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No hay Ciencia en los argumentos catastrofistas que esgrimen las corrientes antinucleares. Hay política, hay relato, hay ideología, hay mentiras (muchas) pero no hay Ciencia. No quiero decir con esto que no se pueden encontrar razones para oponerse a la energía nuclear. Podemos apostar por un determinado modelo energético, basado en determinadas tecnologías, podemos considerar que la potencia firme es contraproducente, podemos pensar que un modelo de generación distribuida es mejor para el futuro. Podemos pensar muchas cosas y tener muchas preferencias, pero ninguna de ellas es una razón basada en la Ciencia.

No hay Ciencia cuando nos dicen que las centrales nucleares no son seguras. Hay mentiras. No hay Ciencia cuando nos dicen que los residuos radiactivos son un peligro para la humanidad y el medioambiente. Hay mentiras. No hay Ciencia cuando nos dicen que la energía nuclear contamina. Hay mentiras. No hay Ciencia cuando nos dicen que las centrales nucleares no pueden operar más de cuarenta años. Hay mentiras. Cuando se habla de energía nuclear, eso es lo que más hay, mentiras.

Uno de los grandes logros de la construcción del discurso antinuclear fue conseguir disfrazarlo de un aura científica, un halo que le otorgaba una apariencia de legitimidad formal que, en realidad, no tiene. No solo eso, sino que pretenden conseguir el triple tirabuzón al intentar deslegitimar los argumentos a favor de la energía nuclear diciendo, precisamente, que no se basan en la Ciencia. Han empequeñecido a Orwell en su delirio distópico. El terraplanismo en versión atómica.

Sonrojante (cuanto menos) fue ver a la ministra española del ramo decir que la Unión Europea era "contraria a la Ciencia" cuando incluyeron la energía nuclear dentro de la Taxonomía verde. Tantos años repitiéndose a sí mismos que la Ciencia es lo que hace Greenpeace que, al final, se lo acaban creyendo. Igual de vergonzoso fue ver al presidente del gobierno decir en el Congreso de los Diputados que la energía nuclear no es segura. Vergonzoso y torpe, porque los permisos de operación de las centrales nucleares en España las da el propio gobierno. Y si no son seguras, ¿por qué están las centrales nucleares funcionando? ¿Cómo es posible que unas centrales nucleares inseguras estén operando con una licencia que les ha dado el propio gobierno que dice que son inseguras? ¿Acaso está el gobierno prevaricando? Más bien parece que están directamente mintiendo.

La Ciencia es la que nos permite conocer las interacciones nucleares que tienen lugar en el interior de un reactor, la que nos permite obtener enormes cantidades de energía a partir de la fisión de los átomos de uranio y plutonio, la que nos posibilita entender la termodinámica necesaria para conseguir utilizar esa enorme cantidad de calor, la que nos permite convertir ese calor en movimiento y después en electricidad. La Ciencia es la que nos enseña cómo se gestionan los residuos radiactivos, cómo se almacenan y se transportan para que sean absolutamente inocuos para la población y el medioambiente. La Ciencia es la que hace avanzar las sociedades y que todos vivamos cada vez mejor, la que salva vidas en los hospitales utilizando, entre otras cosas, la energía nuclear. La Ciencia es, en definitiva, lo que seguirá aquí cuando usted y yo ya no estemos. Como decía Einstein: "la política es para el momento, una ecuación para la eternidad".

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