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Las 12 alertas del Observatorio de la Universidad Francisco de Vitoria sobre la economía española

"El crecimiento es endeble y con un impulso estadístico artificial, dopado por el gasto público, que expulsa al crecimiento productivo" avisan.

"El crecimiento es endeble y con un impulso estadístico artificial, dopado por el gasto público, que expulsa al crecimiento productivo" avisan.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo | EFE

El Observatorio Económico de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), que celebra su primer aniversario con la reciente incorporación de Javier Fernández-Lasquetty, ha presentado su informe de primavera, destacando el "deterioro estructural de la economía española".

A pesar de un comportamiento coyuntural más favorable a corto plazo, el informe económico trimestral resalta la "persistencia de la inflación, el elevado endeudamiento y la carencia de reformas estructurales como factores clave".

Lo primero que destaca el informe es que el efecto base estadístico por el mayor crecimiento del cuarto trimestre de 2023, que impulsará el de 2024, no debe esconder la realidad de una economía cuya parte privada productiva se retrae: en el período del cuarto trimestre de 2019 al de 2023, mientras que el gasto público crece un 12,38%, la inversión cae un 4,65% y el consumo de los hogares retrocede un 0,01%, hecho que constituye un efecto expulsión de la inversión privada y una asfixia del consumo de los hogares por parte del sector público.

En este sentido, el Observatorio Económico de la UFV modifica al alza las previsiones de crecimiento de 2024, debido exclusivamente a dicho efecto arrastre estadístico, que oscilará entre el 1,57% y el 1,78%, manteniendo e incluso modificando ligeramente a la baja el de 2025, porque "la tendencia no es halagüeña y empeora estructuralmente la composición del crecimiento. No se aprecia, por tanto, una aceleración real de la economía en 2024, sino un mero efecto estadístico impulsado por el efecto arrastre y por el incremento del gasto público".

Los efectos de la política monetaria, cuyo habitual retardo hará que sus efectos se dejen notar más en 2024, están comenzando a disminuir la demanda solvente de crédito y a encarecer la financiación, que puede derivar en una menor actividad económica y empleo.

El retorno de las reglas fiscales en 2024 "hace que la reducción del gasto sea un imperativo para poder cumplir con los objetivos de estabilidad, que afectará al crecimiento al haber expulsado el sector público, con su incremento de estos años, a gran parte de la iniciativa privada" señalan.

Por otro lado, el sector exterior, que se ha comportado de manera muy sobresaliente, puede resentirse ante la caída de actividad económica de nuestros principales socios comerciales y emisores turísticos principales, que haría mermar el crecimiento económico nacional.

Tras constatar la ralentización de la economía española en el anterior informe, el cierre del año 2023 se produjo con un repunte de actividad más intenso de lo esperado, de manera que el crecimiento económico se elevó un 0,6% intertrimestral. Dicho crecimiento, sin embargo, se apoyaba en un buen crecimiento del sector exterior, pero, sobre todo, en un comportamiento del gasto público acelerado de manera importante, como auténtico sostén del crecimiento.

"Este dato del último trimestre cobra, no obstante, relevancia, pues elevará los crecimientos interanuales de los tres primeros trimestres de 2024, de manera que, por un mero efecto estadístico, al calcularse el crecimiento anual con la media de los crecimientos interanuales de los cuatro trimestres del año, el ejercicio de 2024 ya parte con un impulso de casi un punto (0,8 décimas) debido a dicho efecto" explican.

En este sentido, el Observatorio Económico de la UFV modifica al alza las previsiones de crecimiento de 2024, debido exclusivamente a dicho efecto arrastre estadístico, que oscilará entre el 1,57% y el 1,78%, manteniendo e incluso modificando ligeramente a la baja el de 2025. No se aprecia, por tanto, una aceleración real de la economía en 2024, sino un mero efecto estadístico impulsado por el efecto arrastre y por el incremento del gasto público, con un deterioro estructural en la composición del crecimiento y una tendencia no halagüeña de la actividad económica y del empleo.

Por otra parte, "persiste una elevada inflación, que ha repuntado, un creciente endeudamiento, una importante pérdida de inversión exterior y una completa ausencia de reformas estructurales, elementos que lastran el crecimiento potencial de la economía española y su desarrollo en el medio y largo plazo" señalan.

12 indicadores

Por ello, la situación puede resumirse como sigue:

  1. El crecimiento es endeble y con un impulso estadístico artificial, dopado por el gasto público, que expulsa al crecimiento productivo, como se ve con el consumo y la inversión. Las expectativas empeoran y eso hace que la inversión se retraiga, actuando como indicador adelantado de lo que parece que se vislumbra en el futuro.
  2. Ese importante incremento del gasto público, junto con una caída muy acusada de la inversión, al tiempo que el consumo de los hogares también retrocede, señala un claro efecto expulsión de la economía de la inversión productiva privada por parte del gasto público.
  3. El empleo no se crea, sino que se reparte, como se ve con las horas trabajadas. Mientras tanto, tenemos la tasa de paro y de paro juvenil más altas de Europa. Por otra parte, hay más de 700.000 fijos-discontinuos en el paro que no se contabilizan como parados.
  4. Crecen los costes laborales y cae la productividad, mientras suben los impuestos, que asfixia a las empresas y hace que sean menos competitivas, perdiendo mercados, actividad y empleo.
  5. La deuda pública no deja de crecer y se acerca a los 1,6 billones de euros. Su reducción sobre el PIB es mero efecto del PIB nominal, empujado por la inflación.
  6. El déficit sobre el PIB se reduce por el efecto de la inflación en los ingresos y en el PIB nominal, porque el sector público sigue aumentando el gasto.
  7. La propia Comisión Europea dice que los esfuerzos de reducción del déficit son insuficientes y le preocupa el crecimiento del déficit estructural.
  8. El Gobierno no presenta Presupuestos Generales del Estado, elemento que supone una distorsión en la ortodoxia presupuestaria, máxime en un año en el que retornan las reglas fiscales.
  9. El sector público regresa a la intervención en el sector empresarial con la entrada en Telefónica, elemento que supondrá más deuda pública.
  10. La seguridad jurídica se ha resentido, elemento que puede ahuyentar las inversiones, elemento preocupante máxime cuando desciende con fuerza la inversión extranjera.
  11. Los impuestos a banca y energéticas les hacen replantearse nuevas inversiones en España, que puede suponer una merma de la actividad y el empleo en el medio y largo plazo.
  12. La inflación no sólo no desciende, sino que acelera su crecimiento interanual, con un fuerte incremento en términos mensuales, de casi un punto porcentual. La pérdida de poder adquisitivo de los agentes económicos es notable, pues se acelera el crecimiento de los precios después de más de año y medio con niveles de precios muy elevados.

Los expertos aseguran que "en la medida en la que no se tomen decisiones que implique una vuelta a la ortodoxia fiscal y monetaria, se aplacen reformas estructurales y se desee apostar por la anestesia del gasto público en el corto plazo y la financiación sin límite del BCE, cobrará más probabilidad el hecho de que aparezca una perturbación grave no contemplada. Por eso, resulta imprescindible que las decisiones que adopten las autoridades monetarias se basen en la prudencia, para impedir que el rebrote inflacionista se consolide y que la UE ejerza un claro control del cumplimiento de los objetivos de estabilidad, con objetivo final de alcanzar el equilibrio presupuestario e incluso el superávit para lograr reducir la deuda en valores absolutos".

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