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La conquista de Marte es viable, pero requiere libertad económica

Elon Musk o Robert Zubrin explican sus planes para conquistar el Planeta Rojo.

Elon Musk o Robert Zubrin explican sus planes para conquistar el Planeta Rojo.
Nave de SpaceX. | Pixabay/CC/SpaceX-Imagery

A principios de los años 2000, después de vender la compañía PayPal, Elon Musk estaba sentado con algunos de los antiguos empleados de la empresa en Las Vegas. Uno de ellos le preguntó qué planeaba hacer a continuación. Musk respondió: "voy a colonizar Marte. Mi misión en la vida es convertir a la humanidad en una civilización multiplanetaria". ¿La reacción de su antiguo colega? "Colega, estás loco".

Este fragmento de la biografía de Musk escrita por Walter Isaacson ha dado mucho de que hablar. Es cierto que Musk aún no ha pisado Marte, pero también es verdad que el impulsor de Tesla ha desarrollado la compañía espacial privada más exitosa de la historia, desarrollando cohetes de enorme potencia y un coste mucho más bajo, superando así los logros previamente alcanzados por las agencias espaciales gubernamentales que copan este tipo de actuaciones.

Elon Musk conoció al renombrado ingeniero aeroespacial Robert Zubrin, fundador de la Mars Society, en una cena en 2001. Cinco años antes, Zubrin se había ganado el aplauso generalizado de la crítica con su libro "The Case for Mars: The Plan to Settle the Red Planet And Why We Must". Inspirado por la innovadora visión de Zubrin y seducido por su pasión por una posible exploración de Marte, Musk fundó SpaceX apenas seis meses después de su encuentro con Zubrin. El objetivo principal de la compañía era llevar a los seres humanos al Planeta Rojo.

Aunque hubo un largo periodo de estancamiento en los viajes espaciales tripulados financiados por el Estado después del alunizaje, y aunque el coste de los lanzamientos espaciales se mantuvo estático a lo largo de cuarenta años, la introducción de nuevos mecanismos de lanzamiento y el despliegue de materiales reutilizables ayudó a que la compañía de Elon Musk, SpaceX, redujese los costes de lanzar un cohete por factor de cinco a lo largo de la última década. Por eso, la conquista de Marte se ha vuelto una meta más realista.

Casi treinta años después del lanzamiento de su primer libro sobre Marte, Robert Zubrin ha publicado recientemente un nuevo ensayo, titulado "The New World on Mars: What We Can Create On the Red Planet". En esta obra destaca su exposición de las bases económicas con las que pretende consolidar la colonización de Marte. La meta a medio plazo de Zubrin es establecer un asentamiento de 50.000 habitantes en Marte.

Su objetivo, aunque ambicioso, palidece en comparación con la visión de Elon Musk, que sueña con enviar 1.000 naves estelares, cada una con 100 pasajeros a borde, y plantea la repetición de dichos lanzamientos con periodicidad anual a lo largo de una década, hasta establecer una comunidad de 1 millón de seres humanos en el Planeta Rojo.

Gracias a la evaluación de numerosas misiones no tripuladas a Marte, hoy sabemos que Marte está dotado de todos los recursos necesarios para sostener la vida humana y, además, puede habilitar el desarrollo de una civilización tecnológica. Hay muchas reservas de agua en Marte, aunque en forma congelada. También hay vastas cantidades de carbono, nitrógeno, hidrógeno y oxígeno, en este caso fácilmente accesibles. Pero, ¿cómo puede financiarse una misión para conquistar Marte?

Según Zubrin, las etapas iniciales de la colonización de Marte probablemente serían financiadas por el sector público, pero la cruda realidad es que la participación de inversores privados terminaría siendo esencial para avanzar. Las duras condiciones del Planeta Rojo y las limitaciones de mano de obra requerirían que los colonos fueran altamente innovadores, desarrollando nuevas invenciones y patentes para establecer una economía sostenible.

Esto, escribe Zubrin, requeriría avances profundos en tecnologías como la ingeniería genética, para garantizar un suministro de alimentos estable. "La mejor fuente de ingresos provendría de la venta y concesión de propiedad intelectual desarrollada para la exploración", apunta. Más tarde, continúa, llegaría el momento de articular "corrientes de ingresos adicionales, como la venta de bienes inmuebles, el desarrollo del turismo en Marte, la venta de bienes de lujo, ciertas rentas derivadas del despliegue de deporte o entretenimiento, exportaciones de material, minería de asteroides… Desde un punto de vista logístico, es aproximadamente cien veces más fácil articular estas actividades desde Marte que desde la Tierra".

Zubrin está convencido de que tanto la conquista de Marte como su posterior colonización solo pueden ser financiadas por el capitalismo: "la libertad será necesaria para poder establecernos en el espacio. Necesitaremos crear sistemas de lanzamiento, naves espaciales y sistemas de transporte espacial cada vez más baratos y eficientes – y todos estos logros requieren libertad".

Sin embargo, la libertad económica no sería solamente importante para enviar cohetes a Marte, sino que tendría aún más relevancia para su colonización, según argumenta Zubrin, porque solamente la máxima libertad económica puede fomentar condiciones propicias para promover la inventiva y el espíritu empresarial – y solo esto creará las bases necesarias para la sostenibilidad económica de una sociedad en Marte.

Zubrin es optimista y considera que Marte, al igual que América en el pasado, atraerá a personas amantes de la libertad y enérgicas. Después de todo, sin la promesa de libertad, cualquier sociedad que surja en Marte sería incapaz de atraer suficientes personas dispuestas a asumir los riesgos y soportar las dificultades requeridas para colonizar el Planeta Rojo.

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