
Era otra época. Aquella en la que Yolanda Díaz se llevaba bien con Pedro Sánchez. Aquella en la que Sumar nació para sumar al PSOE. Y aquella en la que los comunistas querían plantas renovables por todas partes. Ahora, por lo visto, Yolanda Díaz prefiere separarse más de Sánchez y Teresa Ribera (candidata del PSOE a las europeas) y ya se ha dado cuenta de que la implantación sin límite de parques renovables está destrozando zonas naturales.
El partido de Yolanda Díaz quiere que su gobierno apruebe "un programa de planificación energética del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico que regule este tipo de instalaciones". Un programa que debería "reflejar al menos las siguientes cuestiones": la primera, "establecer criterios para la selección de terrenos para la instalación de placas fotovoltaicas, priorizándose su instalación en terrenos degradados o de baja productividad agrícola e infraestructuras existentes. Debe existir una ordenación del territorio que delimite las zonas donde el impacto sea menor y prohibir los usos industriales de estas tecnologías en zonas de especial protección ecológica".
En segundo lugar, "limitar la cantidad de suelo agrícola que en cada entidad local puede ser utilizado para la instalación de plantas fotovoltaicos estableciendo un porcentaje máximo de suelo agrícola que puede ser destinado a este fin". En tercer lugar, "priorizar las plantas fotovoltaicas de hasta 5 MW de potencia, cercanas, a los puntos de consumo. Los proyectos a gran escala deben ser excepcionales y estar justificados de acuerdo a esa previa Planificación Energética del Ministerio".
Además, Sumar quiere "prohibir instalaciones de gran tamaño en zonas ambientales protegidas, exigiendo una rigurosa y estricta evaluación de impacto ambiental en las instalaciones, junto a planes efectivos de vigilancia y control que garanticen el mínimo impacto ambiental en territorios de gran riqueza ecológica".
Y, para terminar las exigencias, que, "para instalar plantas fotovoltaicas, deba ser preceptivo un informe técnico de impacto medioambiental que incluya medidas de mitigación del impacto ambiental para minimizar la erosión del suelo y la pérdida de fertilidad, proteger la biodiversidad local, minimizar el consumo de agua, e integrar los campos fotovoltaicos en el paisaje de manera armoniosa".
Sumar señala que España "tiene un gran potencial para la producción de energía solar debido a su alta irradiación solar, su extensa superficie y su clima seco. La energía solar es una fuente de energía renovable que se presenta como una alternativa sostenible a los combustibles fósiles, y como una oportunidad para combatir el cambio climático, lo cuál debe ser una prioridad absoluta, pero el desarrollo de la energía solar debe ser sostenible y responsable para evitar impactos ambientales y sociales negativos".
Pero recuerda que "algunos pueblos de comunidades autónomas como Extremadura, Andalucía o Castilla-La Mancha, tienen importantes plantas fotovoltaicas en terreno cultivable" y "la expansión descontrolada de estos campos sobre suelo agrícola puede tener un impacto ambiental negativo, como la erosión del suelo por la falta de vegetación y la pérdida de biodiversidad". Además, "el uso de tierra cultivable para la instalación de plantas fotovoltaicas puede afectar negativamente a la soberanía alimentaria y a la tasa de empleo local. Muchos proyectos se están promocionando en zonas de especial protección ecológica, muy a menudo LIC y ZEPA que forman parte de la Red Natura 2000, zonas con una gran biodiversidad de fauna y flora", añade Sumar.
Y por todo eso, el partido de Yolanda Díaz considera que "debe existir una ordenación del territorio que delimite las zonas donde el impacto sea menor y prohibir los usos industriales de estas tecnologías en zonas protegidas, más allá de sus correspondientes evaluaciones de impacto ambiental". Porque "el mantenimiento de un estado ecológico favorable debe ser la primera premisa de cualquier actuación en dichos espacios".
"Las energías renovables deben servir para revitalizar e industrializar el mundo rural, y mantener y recuperar población. Los proyectos que se implanten deben ser respetuosos y compatibles con el mantenimiento de espacios naturales protegidos, la existencia de actividades ecoganaderas, la agricultura ecológica y el turismo rural, dando valor añadido al patrimonio cultural y paisajístico de las tierras de nuestro país", concluye.
Eso sí, resulta llamativo que no recuerde en el mismo texto las plantas eólicas.
Sánchez ya ha dejado claro que un medio crítico como este es un obstáculo. Nos halaga pero necesitamos tu ayuda para demostrarle que lo que dice es cierto. Hazte socio del Club LD.