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La gran ocurrencia de Belarra de expropiar la mitad de las viviendas de los fondos de inversión apenas influiría en el 3% de la vivienda de alquiler en España.

Ni robando a los fondos de inversión se solucionaría el problema de la vivienda

La gran ocurrencia de Belarra de expropiar la mitad de las viviendas de los fondos de inversión apenas influiría en el 3% de la vivienda de alquiler en España.

Podemos vuelve a acudir a su fórmula favorita para solucionar los problemas económicos del país: la expropiación. Ione Belarra le ha pedido a Sánchez expropiar la mitad de las viviendas de las que son dueños los grandes fondos de inversión de nuestro país.

Sin embargo, la realidad es que los llamados fondos buitre, los más odiados de la izquierda, no son los principales caseros de España. Los principales caseros de España son los particulares, que poseen más del 80% del parque de viviendas que hay en alquiler en nuestro territorio.

Por tanto, este grave atentado contra la propiedad privada que plantea Podemos apenas tendría repercusión sobre el mercado en general, aunque sí contribuiría a espantar la inversión en este sector y abocaría a los fondos afectados a todo tipo de litigiosidades con el Estado.

Hay que tener en cuenta que, a cierre de 2023, España tenía un total de 19,3 millones de hogares constituidos. De esa cifra, el 15,4% estaba en régimen de alquiler. Es decir, había más de 2,9 millones de hogares arrendados.

Por tanto, la gran ocurrencia de Belarra apenas influiría en el 3% de la vivienda de alquiler en España, lo que no solucionaría el problema del mercado, pero sí supondría el enésimo golpe a la seguridad jurídica del país.

Y es que, uno de los mayores despropósitos del Gobierno en materia económica es el destrozo del mercado del alquiler en España. Pero ojo, que Belarra también pide una ley de medios silenciar a la prensa y que no hablemos de esto.

Regular precios, aumentar la fiscalidad, poner trabas a los inversores, desproteger al propietario... todas las medidas aplicadas por PSOE y Podemos han contribuido a asfixiar a un mercado del alquiler, en el que se está hundiendo la oferta de vivienda y se están disparando los precios. Estas son las consecuencias del intervencionismo salvaje de los políticos, por lo que plantear expropiaciones, solo acabaría por empeorarlo.

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