Cerrar Almaraz, además de suponer la pérdida del equivalente al 7 por ciento de la demanda de electricidad en España, tendrá unas consecuencias devastadoras para la comarca en la que se asienta. Se estima que el cierre supondrá la pérdida de 2900 empleos directos, indirectos e inducidos.
Muchos empresarios, de forma individual y a través de las asociaciones que les representan están alzando la voz ante una medida "política", que no se asienta en razones "técnicas", y que puede llevarse por delante al principal motor económico de la región (Almaraz es, hoy por hoy, la principal industria de Extremadura).
Esta semana, la Cámara de Comercio de Cáceres, ante la noticia de la licitación de los primeros contratos para preparar el cierre, ha alertado de las "graves consecuencias" que tendrá la medida para el desarrollo económico de la provincia: el "declive económico de la comarca de Campo Arañuelo y un profundo varapalo para la población del norte de Extremadura, al ser Almaraz motor económico de primer orden de la zona y una de las principales herramientas que fija la población en el territorio cacereño".
Recuerdan, citando el Estudio de Impacto Económico y Sociodemográfico ante el cierre de la central nuclear de Almaraz, que la noticia "provocaría una caída del 60% en los ingresos de los ayuntamientos de los municipios de la zona de influencia y un descenso del 36% de la población activa". "Este cierre va a dejar a oscuras en términos socioeconómicos a Extremadura, por lo que la Cámara de Comercio de Cáceres pide la ampliación de la vida útil de la central nuclear de Almaraz, más aún cuando la energía nuclear es considerada como energía verde en la Unión Europea y esencial tanto para frenar el coste de la electricidad como para luchar contra el cambio climático", señalan.
Esta misma semana, el alcalde de Navalmoral de la Mata, Enrique Hueso, así como representantes de los empresarios de la zona incidieron en la urgencia de que se revierta la medida en el especial sobre energía nuclear de El Programa de Cuesta: el alcalde señaló cómo "el 99 por ciento" de la población está con la central y aportó datos que reflejan cómo la nuclear es "el pulmón de la comarca": las ciudades extremeñas con mayor renta per cápita son Cáceres, Almaraz y Navalmoral de la Mata, algo que "se nota mucho en el consumo".
Tras lamentar cómo supuestamente se está combatiendo la España Vaciada y "en Extremadura nos vacían más", señaló que aún "estamos a tiempo de luchar contra ello". También lamentó que se intente vender que Navalmoral tendrá otros proyectos industriales: "cambian un coche por otro, pero no te dejan tener dos coches. No te dejan crecer: ganas la Liga pero no te dejan ganar la Champions".
Similar reflexión hizo Ramón Barbado, presidente del Círculo Empresarial de Navalmoral de la Mata, que definió como "una catástrofe total, social y economica" la pérdida de la central. "No se trata de sustituir, se trata de sumar", señaló en la misma línea que el alcalde lamentando "los movimientos sísmicos" en torno al pueblo, atenazado por la incertidumbre.
Por su parte, Luis Javier Varela, ingeniero en la central y empresario hostelero, insistió en que la decisión "no se toma desde el punto de vista de la lógica" y señaló lo "paradigmático" de su propio negocio, un hotel que empezó a construirse en los setenta, a la vez que la central, y al que amenaza el cierre puesto que Navalmoral no es un "lugar turístico" sino que vive de la actividad económica. "Hablando con mi jefa de la central" sobre el cierre, contó, le indicó que él lo "tenía mejor" al tener un negocio aparte, pero él respondió que también "tendría que ir cerrando lo mío" si la central se apaga.