El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha puesto en su punto de mira a las empresas del sector alimentario. Bukele les ha exigido que "bajen los precios de la comida o habrá problemas", dirigiéndose a importadores, mayoristas, distribuidores y comercializadores.
Esta declaración, además de alarmante, nos recuerda peligrosamente a las estrategias utilizadas por regímenes autoritarios de izquierda en América Latina, como los del movimiento peronista en Argentina y Hugo Chávez en Venezuela. En España, ministras como Yolanda Díaz también han apostado por medidas similares.
Las políticas de intervención estatal en la economía tienen una larga trayectoria de fracasos. Líderes populistas han implementado medidas similares con el objetivo de controlar los precios y regular la economía desde el Estado. Estas estrategias, aunque presentadas como soluciones para proteger a la población, generaron escasez de productos y un clima de negocios hostil que desincentivó la inversión privada y fomentó la economía sumergida. Bukele, aunque se presenta como un líder moderno y pragmático, sigue un camino que recuerda a estos movimientos autoritarios.
"Bajen los precios mañana"
Inicialmente, Bukele generó un impacto positivo en algunas ramas de la derecha debido a sus políticas de seguridad y su estilo de gobierno directo y sin complejos. Sin embargo, sus recientes acciones han revelado una tendencia hacia políticas antiliberales e intervencionistas que contradicen los principios del libre mercado defendidos por figuras como el líder argentino Javier Milei. Mientras Milei aboga por una economía de mercado sin intervención estatal, Bukele parece estar adoptando una postura más coercitiva para regular la economía.
En su reciente discurso, Bukele lanzó una serie de amenazas directas: "A los señores importadores, mayoristas, distribuidores y comercializadores de alimentos que están haciendo estos abusos bajen los precios de la comida o habrá problemas." Además, advirtió que "paren de abusar del pueblo salvadoreño o no se quejen después". Bukele aseguró que "mañana mismo tiene que haber una bajada de precios."
Uno de los aspectos más preocupantes del discurso de Bukele es su amenaza de utilizar el poder judicial como herramienta de presión política. Bukele afirmó que las empresas involucradas en la cadena de suministro de alimentos han cometido delitos como evasión fiscal y contrabando, pero que no se ha actuado contra ellas debido a la priorización de la lucha contra las pandillas. "Estábamos ocupados con las pandillas. No teníamos tiempo de ir tras esos otros delitos. Pero ahora sí tenemos tiempo", dijo Bukele, amenazando con investigar estos delitos si no se cumplen sus demandas actuales. Además, afirmó: "Sabemos quiénes son y están identificados."
Además, no hay garantías de que los empresarios, incluso si bajan los precios, no vayan a ser perseguidos posteriormente. Esta incertidumbre mina la confianza en las instituciones y puede llevar a un mayor retraimiento de la inversión.