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"Precios Cuidados", el aberrante experimento argentino al que aspira Yolanda Díaz

Cristina Fernández de Kirchner creó los Precios Cuidados hace casi una década. A día de hoy, hay más de 1.000 productos intervenidos en Argentina.

Cristina Fernández de Kirchner creó los Precios Cuidados hace casi una década. A día de hoy, hay más de 1.000 productos intervenidos en Argentina.
Yolanda Díaz y Cristina Fernández de Kirchner | archivo

"Asado de tira" a 736 pesos el kilo (unos 5,11 euros), "falda" a 483 pesos (unos 3,35 euros) o "nalga" a 1.009 pesos (unos 7 euros). No estamos ante el cartel de ninguna carnicería argentina. Se trata de los últimos precios que ha fijado el Gobierno de Alberto Fernández para los filetes que compren sus ciudadanos hasta el próximo 30 de septiembre. "Conocé los siete cortes de carne más representativos del consumo de los argentinos y las argentinas a precios acordados" celebra el Ejecutivo de Fernández en su propia página oficial.

Estos importes estatales forman parte del programa "Cortes Cuidados", el área de carne al corte de los polémicos "Precios Cuidados" creados por Cristina Fernández de Kirchner para intentar frenar la inflación de los alimentos. A pesar del estrepitoso fracaso de este temerario experimento, el actual presidente, Alberto Fernández, continúa aplicándolos en uno de los países con más inflación del mundo. En España, este mecanismo liberticida le ha servido de inspiración a Yolanda Díaz.

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El plan de Yolanda Díaz es elaborar una lista de productos básicos con precios intervenidos, al menos, hasta Navidad. Para armar su particular cartilla de racionamiento, la ministra de Trabajo quiere "lograr un acuerdo con las distribuidoras para topar los precios del pan, la leche, los huevos o la fruta". Lo que no todavía no está claro es qué va pasar si los supermercados se niegan.

Exceptuando a Carrefour, que se ha plegado a la ocurrencia de Díaz, el resto de cadenas de supermercados ha rechazado crear "una cesta de la compra a precios fijos" que califican de "inviable y contraproducente porque parte de un diagnóstico erróneo de la formación de precios en la cadena". Además, "sería ineficaz y porque la experiencia en otros países ha resultado fallida" señalaban esta semana. Y uno de esos países es Argentina.

La inflación disparada con los precios cuidados

Fue en el año 2014 cuando Cristina Fernández de Kirchner orquestó esta nefasta intervención de precios. En un burdo intento por promocionar las bondades del Estado con los consumidores bautizó la medida como Precios Cuidados. "Para que tus ingresos rindan más" dice su eslogan.

La prueba irrefutable de la inutilidad de este programa es que la inflación ha seguido disparada en Argentina y por encima de los dos dígitos desde su puesta en marcha. A día de hoy, hay más de 1.000 productos con el precio restringido en el país y el último dato de inflación del mes de julio es demoledor: el 71%. Dentro del IPC argentino, la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas se elevó todavía más: el 73,4%.

Mala calidad, racionamiento y desabastecimiento

Además de la evidencia de que no sirve para frenar la inflación, el control de precios genera perversos efectos sobre el mercado y la competencia. Uno de ellos es la bajada de calidad de los productos. La razón es que los fabricantes no tienen ningún incentivo ni a invertir ni a innovar en los productos que el Gobierno no deja subir de precio.

"Es una receta que no ha funcionado nunca porque la cesta de la compra sigue subiendo. Ahora, lo único que han conseguido limitando el precio de esos miles de productos es que sus fabricantes bajen la calidad y que la gente no los quiera comprar. Si tienen que vender la leche a X precio, pues lo que hacen es que la mezclan con agua. No les queda otra. Nadie quiere comprar producto cuyo precio está intervenido porque son peores" explicaba un gerente de varias empresas del sector agroalimentario argentino a Libre Mercado.

Otra de las consecuencias de los Precios Cuidados es el desabastecimiento. "La realidad es que es muy difícil encontrar esos productos en las tiendas argentinas. Escasean porque a las empresas no les interesa producir un producto si no pueden repercutir su coste. Han roto el libre juego de la oferta y la demanda. Es una locura" considera el economista argentino, Nacho Bongiovanni.

Bongiovanni cuenta que también es muy habitual que las pequeñas tiendas vendan los bienes de los Precios Cuidados por encima del importe que marca el Gobierno. "Se la juegan porque si no es imposible mantener el negocio. Y eso que el Gobierno tiene inspectores de precios por todo el país, pero suelen ir sobre todo a vigilar que las grandes cadenas cumplen con lo que ellos han marcado" relata. Según reconoció el propio Gobierno argentino en julio, sus inspectores detectaron un 30% de desabastecimiento de Precios Cuidados en supermercados.

El cuarto de los negativos efectos que señala el economista argentino es el racionamiento. "Cuando tienen el producto en sus lineales, es muy habitual que los comercios restrinjan la compra a una o dos unidades. Se ven muchos carteles donde se alerta de que no se pueden llevar más" asegura. Bongiovanni lamenta que "en lugar de atajar el problema, que es la emisión desmedida de moneda, el Gobierno argentino invente esta ficción" y concluye con el deseo de que "ojalá en España no lleguen a nada parecido".

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