Cabras montesas saltando por los tejados, chocando contra los vehículos o encaramadas a los árboles y destrozando las cosechas. Esta es la situación con la que lidian a diario los vecinos del Valle de Ayora y la Canal de Navarrés, en el interior de la provincia de Valencia. Y no sólo son las cabras. Rebaños de "cientos" de muflones y "poblaciones descontroladas" de jabalíes y ciervos ya han dejado a más de 200 afectados por la devastación que provocan a su paso.
Asaja culpa a la Consejería Valenciana de haber permitido la "superpoblación descontrolada de fauna salvaje" en la zona de la Reserva Valenciana de Caza de la Muela de Cortes, un terreno gestionado por el propio Gobierno valenciano. Maikel Mora, un agricultor de la zona, señala que "hay una población exagerada de ciervo, muflón, gamo, cabra, jabalí que destroza todos los cultivos. No nos queda prácticamente nada".
"La gente está abandonando los campos porque ve con impotencia cómo la fauna salvaje causa cada vez más daños y desperfectos. La Generalitat Valenciana, que gestiona la Reserva Valenciana de Caza de la Muela de Cortes, es consciente de la gravedad de la situación pero no está dando suficientes soluciones, ni a la hora de facilitar la caza ni a la hora de compensar el 100% de los daños reales sobre el terreno", denuncia Mora.
"En el caso de los ciervos y las cabras, ya no queda nada que rescatar. Las cabras se suben al árbol y lo destrozan. Así que, no es que pierdas la cosecha del año, es que pierdes el árbol entero, y a veces hablamos de olivos centenarios", añade Mora.
Asaja señala que, a la vista de que "el problema no sólo se dilata en el tiempo, sino que además va a peor", más de cien agricultores plantean interponer una demanda colectiva ante la Generalidad Valenciana con el objeto de minimizar las pérdidas ocasionadas por la fauna silvestre.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) también afirma que "comparte y apoya las reivindicaciones del colectivo, especialmente el impulso de la caza para reducir las poblaciones de fauna salvaje y el pago de compensaciones que cubran todas las pérdidas directas e indirectas sufridas".
Otro agricultor, en este caso de Cortes de Pallás, Enrique Juan, resalta que "el problema de raíz es el exceso de fauna, un problema que ha generado la Administración y que ha dejado que crezca desde hace tres generaciones. Frente a situaciones excepcionales como esta, necesitamos soluciones excepcionales. Si hay que cambiar leyes y flexibilizar normativas, que se haga. Si hay que cambiar los baremos para valorar unas indemnizaciones justas, que se haga. Lo que no puede ser es que no pueda tener plantas ornamentales a la puerta de casa o plantaciones en el bancal porque los animales lo comen y rompen todo".