No solo es que los datos reales de desempleo estén maquillados. El Gobierno se niega a hablar de una situación dramática que afecta a un colectivo de casi 4 millones de personas que ven pasar los meses y los años sin regresar al mercado laboral. ¿Por qué? Porque todo el sistema regulatorio se ha modificado en los últimos años para generar costes laborales y fiscales, espantar empresas y subsidiar a la población vulnerable. Ni una medida se ha lanzado para crear empleo e impulsar empresas. Y sin empleo ni empresas no hay retorno al mercado laboral.
El impacto en los parados de larga duración
El resultado del modelo de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz es preocupante: la mitad de los parados en España ya es de larga duración, y un tercio agota el periodo máximo de pago de las prestaciones por desempleo sin encontrar un trabajo al que volver. Bienvenidos al modelo de la Argentina kirchnerista, que tanto gusta a socialistas y comunistas.
Los datos están claramente expuestos en el último estudio del sindicato USO, basado en cifras oficiales del paro: "A partir de los 12 meses se considera que son parados de larga duración, y en esta situación se encuentra el 46,6% de los parados registrados", señala el departamento de estudios del sindicato. Es más, casi uno de cada tres parados (concretamente el 30,5%) lleva más de dos años en esta situación. En números absolutos, las mujeres prácticamente duplican a los hombres en el desempleo de larga duración. Dos años es el periodo máximo de pago de las prestaciones por desempleo; a partir de ahí, entran los subsidios para personas o familias vulnerables, pero se trata de pagos que solo prolongan la pobreza y la dependencia de las ayudas del Estado. Lo que evidentemente necesitan esas personas es empleo, no caridad.
Las mujeres, las más afectadas
"Las mujeres que llevan más de un año en paro representan el 49,7% del total de desempleadas. Una de cada dos mujeres en paro lleva más de un año registrada en el SEPE", añade USO. "Este volumen de parados de larga duración (todos aquellos con más de dos años dejan de percibir la prestación contributiva) nos debería llevar a replantear la intermediación laboral que realizan los Servicios Públicos de Empleo, así como a poner los medios para ser más eficientes en la ayuda a la búsqueda y consecución de un puesto de trabajo", apunta el sindicato. "Es necesario un cambio en las políticas activas de empleo para mejorar la empleabilidad y dotar a estas personas de nuevas competencias y cualificaciones profesionales que les permitan reincorporarse al mundo del trabajo".
El contexto económico español
Pero esto no es todo. España ha perdido, durante la era Sánchez, más de 100.000 empresas. Además, ha retrocedido nueve puntos en el ranking de competitividad fiscal, ha incrementado el saqueo fiscal en 115.000 millones y ha empeorado en el ranking de abandono escolar temprano. Todo esto tiene un impacto brutal en la capacidad de generación de empleo.
Entre 2020 y 2024, España ha perdido 1,3 puntos de inversión mientras el gasto público ha aumentado en 12,02 puntos. La productividad (en 2022) mostraba una caída de 5,4 puntos frente a la media de la UE; la competitividad ha retrocedido 18 puntos, situando a España en la posición 40 de 67 países analizados por el Institute for Management Development (IMD); la jornada media ha disminuido en 3,4 puntos, y España es ya el segundo país de la UE en costes totales para crear empleo.
El futuro de los parados en este escenario
Todo esto condena a los desempleados a un panorama en el que no existe un mercado laboral al que retornar. Las condiciones estructurales impiden la creación de empleo sostenible y, en consecuencia, los parados de larga duración se encuentran atrapados en una espiral de subsidios sin una solución real a la vista.